Artes marciales, “hay que perseverar, no hay que renunciar”: Nelson Orjuela
El sensei Nelson Orjuela Prieto es un educador en las artes marciales que, actualmente, brinda sus conocimientos en la práctica del Karate do Shotokan y el kick boxing en el dojo Heiwa-Antei ubicada en el barrio San Francisco, en la localidad de Ciudad Bolívar de Bogotá.
Antes de llegar a ser sensei (Maestro) comenzó siendo alumno en el año de 1991 a los 14 años de la mano de su maestro, brindándole conocimientos y desarrollo en sus técnicas, así como en sus habilidades físicas.
Con la motivación que le brindaban sus ídolos, viendo a referentes mundiales como lo fue Jean-Claude Van Damme o Bruce Lee siguió con la práctica, hasta que su maestro tuvo que retirarse; tiempo después, algunos compañeros volvieron a abrir la escuela, en ese momento se pusieron en contacto con él, debido a que era el alumno más avanzado para ayudarles con la enseñanza.
Pasaron los meses y vio que el arte marcial era su vocación y terminó siendo el director de la escuela. En el año 2004 se vinculó a la Federación Internacional de Karate Shotokan (SKIF) en donde hasta hoy se encuentra afiliado.
“Vivimos en una localidad que, afortunadamente, ya no es tan violenta como hace años y el sueño mío es que todos los muchachos logren practicar artes marciales, desafortunadamente a algunos no les gusta, pero seguimos perseverando a que se pueda concretar ese sueño”, así lo explica Nelsón Orjuela cuando se le pregunta ¿por qué eligió el sector de Ciudad Bolívar para enseñar?
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El efecto del deporte en la vida de las personas
El efecto del deporte dentro de la vida de quienes lo practican tiene beneficios en varios ámbitos incluyendo la salud.
“Hemos tenido el caso de una señora que empezó conmigo a los 60 años duró 22 años entrenando artes marciales y la salud de ella, un roble completo, se enfermaban más sus hijos que ella y también en mi caso me ha beneficiado, mi consejo es que todo el mundo practique deporte porque se va a ver reflejado en la vejez como va a estar”, afirmó Nelson Orjuela.
Las artes marciales se convierten en un estilo vida, así lo reconoce el sensei, que ha encontrado la mayor dificultad en aquellas personas que no se interesan por el deporte. Según lo expresado por Orjuela, el practicar una disciplina permite alejarse de círculos sociales incorrectos y malos hábitos y genera responsabilidad en las personas.
El efecto del entrenamiento no solo se queda solo en lo físico, también se nota en la construcción del ser. “Estamos pendientes no solo de su forma atlética sino también de las virtudes, como comportarse y expresarse viendo muy buenos resultados”, enfatiza Nelson, quien agrega: siempre “hay que perseverar, no hay que renunciar”.
Además, la enseñanza trae otras ventajas, como lo explica Nelson Orjuela: “El conocerse a uno mismo, el buen instructor es el que aprende de sus alumnos, un verdadero maestro tiene defectos un falso maestro no tiene defectos, cada vez que uno enseña es una gran experiencia porque se ve plasmado todo lo que se ha invertido de tiempo y esfuerzo, cuando ellos salen adelante dentro de las áreas que se desempeñan se ve uno bien pagado, porque es mucho también lo que se les inculca de principios no solamente defensa personal”.
La invitación final que hace este sensei, quien imparte sus conocimientos en una localidad estigmatizada por la violencia, es a que las personas hagan del deporte un componente de sus vidas y a que prueben las artes marciales, en donde él tiene enfocada su meta de expandirlas a otros sectores de Bogotá con su escuela.
Por: Miguel Ángel Borda