Equipos de época – De la mano de D10S, Argentina 1986

Argentina 1986

Hoy en equipos de época, Argentina 1986, el seleccionado argentino que llegó a la cima del fútbol de la mano de un jugador atípico, de un futbolista único, del ‘barrilete cósmico’.  

Muchos dirán aquella frase cliché “el fútbol solo es un deporte y no tiene nada que ver con la vida” pero como alguna vez dijo el escritor argentino Eduardo Sacheri “Desconozco cuánto sabe esa gente de la vida. Pero de algo estoy seguro, no saben nada de fútbol”. Y, precisamente ahí, en el país de aquel escritor, en 1986 el fútbol le devolvió la vida a un pueblo golpeado por la guerra.

Islas Malvinas, 2 de abril de 1982

La Junta Militar Argentina, la cual era liderada por Leopoldo Galtieri, lanzó una invasión a las Islas Malvinas con el fin de recuperar aquel territorio dominado por el Reino Unido. 74 días después, las tropas argentinas se rindieron ante las británicas, pues se vieron ampliamente superadas, por lo cual los europeos ganaron aquella guerra que dejó un saldo total de 649 argentinos y 255 británicos, muertos en combate.

Con un país destrozado y golpeado en el orgullo, el fútbol era una de las pocas escapatorias de la realidad y aun así, la Selección Argentina, dirigida por Carlos Salvador Bilardo estaba en el limbo, luchando por su tiquete para la Copa Mundial de la FIFA de México 86’.

‘La Albiceleste’ (apodo de la Selección Argentina) era fuertemente criticada, pues su estilo de juego no terminaba de convencer y si no conseguían un resultado favorable en su último partido de las eliminatorias a la Copa del Mundo, se tendrían que olvidar por completo de su participación en el máximo certamen del balompié mundial.

La escuadra de Bilardo viajaba a Lima para enfrentar su partido contra Perú y necesitaba al menos un empate para clasificar al Mundial. Con un tempranero gol de Pedro Pasculli, Argentina empezaba ganando el encuentro, sin embargo, Perú, que si ganaba clasificaba, no se dejó intimidar y para el minuto 39 había revertido el marcador y lo pasaba a ganar por 2 a 1.

Los visitantes intentaban e intentaban igualar el marcador y no podían, pero a nueve minutos para el final, Ricardo ‘El Tigre’ Gareca lograba empujar un balón en la línea y empataba el encuentro. ‘La Albiceleste’ agónicamente se clasificaba para la Copa del Mundo pero dejando una gran incógnita sobre su juego. Aun así en el plantel argentino un jugador resaltaba sobre los demás, por algo era el capitán, con su pelo crespo, su baja estatura, su manera de sentir la camiseta y su fútbol de otro planeta, aquel crack, con la 10 en su espalda, que repartía magia cada que tocaba la bocha, estaba destinado a reinar en México.

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20 de octubre de 1976

Aquel miércoles se jugaba un partido como cualquier otro, Argentinos Jrs recibía a Talleres de Córdoba. Sin embargo en este encuentro se empezaría a escribir un nuevo capítulo en el libro del fútbol. Para la segunda parte, Juan Carlos Montes, DT de Argentinos le dijo a un pibe de 15 años “Vaya Diego, juegue como usted sabe. Y si puede tire un caño” pues él sabía que aquel joven, en los potreros, las calles y las canchas de Buenos Aires había forjado una zurda inmortal.

Si bien en esa tarde Argentinos Jrs perdió el partido por 1-0, el fútbol se había ganado quizás al mejor jugador de todos los tiempos.

Años después ese pibe llamado Diego Armando Maradona, empezó a brillar por su buen juego, lo cual lo llevó a vestir la camiseta de la selección nacional, cumplió su sueño de jugar un mundial y no solo eso, pues tiempo después empezó portar el brazalete de capitán. Aun así ‘El Pelusa’ (apodo de Maradona) quería dejar su nombre y el de la Argentina escrito con letras de oro, por lo que el Mundial de México 86 era la oportunidad perfecta para consagrarse con ‘La Albiceleste’.

Sin embargo, la realización del torneo estuvo en peligro, pues el 19 de septiembre de 1985 México sufrió una terrible tragedia. Un terremoto con magnitud de 8.1 sacudió el país y dejó devastada a la Ciudad de México. Aun así el pueblo mexicano se logró reponer y el mundial era un hecho.

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Los dirigidos por Bilardo conformarían el grupo A junto con Corea del Sur, Italia y Bulgaria.

A pesar de que Argentina llegaba con dudas sobre su juego, logró imponerse por 3-1 sobre Corea y empezó con pie derecho su participación en la copa. Pero, para confirmar su buen momento, tendría que superar en la segunda fecha nada más y nada menos que a la selección campeona del mundo, Italia.

Los campeones dieron el primer golpe; tan solo 6 minutos después del inicio, Alessandro Altobelli lograba concretar una pena máxima y adelantaba a los europeos. ‘La Albiceleste’ empezó a buscar el empate y al minuto 34 Valdano le metió un gran pase a Maradona. ‘El Pelusa’ con un toque sutil dejaba al guardameta sin chances y anotaba su primer gol en el Mundial de México.

Las selecciones no se hicieron más daño y firmaron el empate, con un 1-1 final si los dirigidos por Bilardo ganaban el último partido estaban en los octavos de final. Y así fue, los búlgaros no pudieron aguantar el ataque de Argentina y con goles de Valdano y Burruchaga avanzaban a los octavos de final, instancia en la que tendrían que enfrentarse a Uruguay.

Un duelo picante, el clásico del Rio de la Plata y en los octavos de una Copa del Mundo. Pero Uruguay, que se había metido a los octavos de final avanzando como tercera del grupo E, no podría con ‘La Albiceleste’. Con un solitario gol de Pasculli los argentinos vencían a los ‘charrúas’ y se metían a los cuartos de final del Mundial, en los cuales el destino quería que Argentina e Inglaterra se enfrentaran de nuevo, pero esta vez en una cancha de fútbol.

22 de junio de 1986 – Estadio Azteca

Cientos de personas habían muerto en una guerra ilógica, la herida del pueblo argentino todavía estaba abierta y si bien el fútbol y la política no deben mezclarse, aquel partido era diferente. Todos querían sacarse la espina de lo ocurrido en las Malvinas; era una revancha y de qué manera, en unos cuartos de final de una Copa del Mundo, en el mítico Estadio Azteca y contra los creadores del balompié. Pero si bien los ingleses habían inventado el fútbol, Maradona se encargaría de mostrarles cómo él lo había perfeccionado.

‘El Pelusa’ con la sangre caliente le gritaba a su equipo antes del inicio del partido “Vamos eh, vamos que estos nos mataron a nuestros pibes, a nuestros amigos y vecinos” y aunque ganarlo no le regresaría la vida a nadie, el corazón de los argentinos no soportaría otra derrota.

El partido iniciaba y aunque ambas escuadras generaron una que otra oportunidad de gol, el marcador se mantuvo en ceros durante los primeros 45 minutos. Pareciese que el partido se resolvería desde el punto penal, pero al 10 de ‘La Albiceleste’ lo esperaba un segundo tiempo para la historia.

Transcurría el minuto seis de la segunda parte, cuando ‘El Pelusa’ empezó a eludir a los rivales y le tocó la pelota a Valdano, un defensor inglés rápidamente logró despejar la esférica en dirección al portero Peter Shilton. El guardameta salió para atrapar el balón pero de manera increíble se le había escapado de las manos, pues un segundo antes Maradona se elevaba por los aires pero por su baja estatura no alcanzaba a conectar con la pelota, por lo cual sacó la mano y empujó ‘El Azteca’ (balón oficial del mundial de México 86) hacía el fondo de la red. De manera increíble, Diego marcaba aquel gol con la cabeza de Maradona y con ‘La Mano de Dios’.

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Todos salieron a festejar y a abrazar a Maradona, pues ni los árbitros, ni los más de cien mil espectadores presentes en el Estadio Azteca, pudieron tener la certeza de que ese gol fue con la mano. Y aunque los jugadores ingleses empezaron a reclamarle a los árbitros, Argentina de ‘la mano de Maradona’, empezaba a ganar el encuentro.

Lo ingleses sacaron del medio campo y salieron con todo en busca del gol que les diera el empate, pero cuatro minutos después Maradona crearía una verdadera obra de arte. El Diego, se tomaría su tiempo, reproduciría un tango de Gardel y le mostraría su coreografía a todo el mundo.

Héctor ‘El Negro’ Enrique le cede la pelota a Maradona en la mitad del campo; el genio pisa el balón entre dos ingleses, los elude con facilidad y arranca con una corrida para la eternidad, en la que deja en el camino a cinco rivales (Hoddle, Reid, Sansom, Butcher, Fenwick) para quedar mano a mano con Peter Shilton; con una pincelada final, dribla al guardameta, golpea la bocha con el aliento de los argentinos y anota el mejor gol de todos los tiempos.

Si bien ‘El Pelusa’ parecía solo en aquella corrida por el césped del Azteca, el locutor uruguayo Victor Hugo Morales lo acompañó desde el inicio con un relato que terminó de completar la obra de arte perfecta:

“Ahí la tiene Maradona lo marcan dos, pisa la pelota Maradona, arranca por la derecha el genio del fútbol mundial, y deja el tercero y va a tocar para Burruchaga… ¡siempre Maradona! ¡Genio! ¡Genio! ¡Genio! ta, ta, ta, ta, ta, ta, ta Goool… Gooool… ¡Quiero llorar! ¡Dios santo, viva el fútbol! Golaaazo ¡Diegoool! ¡Maradona! Es para llorar perdónenme, Maradona, en una corrida memorable, en la jugada de todos los tiempos… Barrilete cósmico… ¿De qué planeta viniste, para dejar en el camino a tanto inglés? Para que el país sea un puño apretado gritando por Argentina… Argentina 2 – Inglaterra 0. Diegol, Diegol, Diego Armando Maradona… Gracias Dios, por el fútbol, por Maradona, por estas lágrimas, por este, Argentina 2 – Inglaterra 0”.

Con el alma, con el corazón y con la vida Morales y todo el pueblo argentino gritaban aquel gol que les devolvió la felicidad, que los hizo olvidar de la guerra, y que por un minuto los hizo tocar el cielo.

Si bien el gol con la mano debió haber sido anulado, el segundo tanto de Diego merecía que le entregaran la copa de inmediato y aunque el histórico delantero inglés Gary Lineker descontó para su equipo; aquel partido fue para los dirigidos por Bilardo y no solo vencieron a sus máximos rivales sino que el sueño del mundial estaba cada vez más cerca.

El siguiente rival sería Bélgica y de nuevo, con un repertorio inagotable, Maradona anotaba otro doblete y le daba el tiquete a ‘La Albiceleste’ para la gran final de la Copa Mundial de la FIFA de México 86.

Llegaba la gran final y el Estadio Azteca se preparaba para el partido entre Argentina y Alemania Federal. 16 años después de que Pelé se consagrara en el mismo terreno de México, el mundo se paralizaba para ver quien sería el nuevo dueño de la Copa del Mundo.

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Los dirigidos por Bilardo darían un golpe de autoridad al minuto 23, cuando Jorge Burruchaga metió un centro al área de Alemania y el ‘Tata’ Brown, fuertemente criticado por la prensa, mandó aquel balón al fondo de la red con un testazo contundente. Los sudamericanos se adelantaban en el marcador, pero no pararían ahí. En el segundo tiempo, Jorge Valdano quedaría mano a mano con el guardameta Schumacher y definiría con clase al segundo palo. ‘La Albiceleste’ pasaba a ganar el encuentro por 2-0 y era casi campeona del mundo.

Minutos después, el ‘Tata’ Brown sufriría un golpe que le causaría una luxación de hombro, pero a pesar del dolor insoportable, el zaguero central le dijo al médico del equipo “ni se te ocurra sacarme, no salgo ni muerto”, le abrió un agujero a su camiseta, metió su dedo allí y a pesar del intenso dolor, el argentino, con un temple bárbaro, de esos que solo se ven en el barrio, terminó de jugar aquella final y se ganó el respeto de todos.

Sin embargo, el carácter y la firmeza no serían suficientes, pues Alemania dirigida por Franz Beckenbauer, no se dio por vencida y de manera inesperada empató el partido. Aun así, Maradona, a siete minutos para el final analizaría su repertorio y le daría un pase quirúrgico a Burruchaga para que el delantero de ‘La Albiceleste’ le diera el título a su selección. Con una gran definición ‘El Burru’ marcaba uno de los goles más importantes en la historia de Argentina y dejaba a su país en lo más alto del mundo, tocando el cielo con las manos y dándole una de las mayores alegrías.

Con categoría la Selección de Argentina se consagraba campeona del Mundial de 1986 y ‘El Barrilete Cósmico’ Diego Armando Maradona, con sus actuaciones de otro planeta, se convertía en leyenda, levantando la tan anhelada copa al cielo del Estadio Azteca de México junto con una escuadra de época que se ganó el respeto del mundo, regó de gloria el suelo de su país y les devolvió el alma a miles de argentinos.

En dedicatoria a Jose Luis ‘El Tata’ Brown campeón con la Selección de Argentina en el Mundial de México 86 y figura indiscutible de la gran final. QEPD (10/11/1956 – 12/08/2019).

Por Julián Pino