Equipos de época – Revancha Rossonera, Milan 2007
Hoy en equipos de época, la última escuadra del AC Milan que dominó en el fútbol europeo.
A lo largo de la historia, la ciudad de Milan se pintó casi en su totalidad de Rossoneri (Colores del AC Milan) pues por la escuadra milanés pasaron jugadores de calidad como Marco Van Basten, Franco Baresi, Frank Rijkaard, Ruud Gullit y un sinfín de futbolistas que cosecharon varios títulos e hicieron del Milan uno de los mejores clubes del mundo.
Si bien es cierto que con aquellos jugadores los Rossoneri consiguieron ser reconocidos en Europa, fue en la temporada 2006-07 cuando volvieron a mostrar su jerarquía en el viejo continente y se ganaron el respeto de todo el mundo del fútbol.
Comenzaba la temporada 2006-07 y el Milan haría todo para conseguir su séptimo título de Copa de Europa. Con un equipo conocido y compacto, la escuadra de la capital de Italia se jugaría los Play-Offs de la UEFA Champions League en busca de un cupo para la fase de grupos.
El club serbio Estrella Roja, sería su rival, pero no representaría ningún problema para los ‘Rossoneri’ que con un global de 3-1 lograrían asegurar su tiquete para la Champions League. El Milan conformaría el Grupo H junto con Lille, AEK Atenas y Anderlecht.
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Los dirigidos por Ancelotti arrancarían con pie derecho la fase de grupos tras vencer por 3-0 al AEK Atenas. Con goles de Inzaghi, Yoann Gourcuff y Kaká, el Milan ganaba goleaba y gustaba en su debut. Aun así, fueron esos los goles que le faltaron en la segunda jornada cuando visitaron al Lille. Con un 0-0 final ambos equipos no se hacían daño y se repartían los puntos.
Sin embargo, el Milan no agacharía la cabeza y conseguiría una importantísima victoria frente al Anderlecht en el estadio Constant Vanden Stock de Bruselas. Un zapatazo de Kaká al minuto 58 terminaba en el fondo de la red y dejaba al guardameta sin chances.
En la siguiente fecha el brasileño sería de nuevo el protagonista del encuentro. Con un Hat-Trick de Kaká, los dirigidos por Ancelotti vencían al Anderlecht en el San Siro (estadio del Milan) por un amplio 4-1 y aseguraban su cupo en los octavos de final de la UEFA Champions League.
A pesar de ser líderes, los ‘Rossoneri’ no cerraron de la mejor manera la fase de grupos, pues perdieron por la mínima diferencia frente al AEK Atenas y por 2-0 frente al Lille. Sin embargo, el Milan ya tenía su cabeza programada para los octavos de final, instancia en la que tendría que medirse cara a cara contra el Celtic de Escocia, quien había quedado segundo del Grupo F por detrás del Manchester United.
El Milan tendría que viajar a Glasgow para el partido de ida, el cual no iba a ser nada fácil, pues a pesar de que ambos equipos se atacaron constantemente, las defensas estuvieron sólidas y mantuvieron los arcos en ceros, por lo que la llave tendría que definirse en San Siro.
A pesar de que el Milan se encontraba con su gente, el partido tuvo el mismo tono que en la ida y aunque los ‘Rossoneri’ se aproximaron al gol mediante claras llegadas de Seedorf y Kaká, no pudieron abrir el marcador por lo cual el encuentro se fue a la prórroga. Sin embargo, tan solo tres minutos después de que iniciara el primer tiempo extra, Kaká recibió el balón en la mitad de la cancha, se llevó a todos sus marcadores y definió con calidad por el medio de las piernas de Boruc, el guardameta del Celtic.
Kaká le daba la victoria a su equipo que avanzaba a los cuartos de final de la competencia, perfilándose como uno de los favoritos a levantar la orejona, aunque para eso primero tendrían que recibir en San Siro nada más y nada menos que al Bayern de Múnich.
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Los ‘Rossoneri’ se adelantarían en el marcador tras un contundente cabezazo de Andrea Pirlo al minuto 40 y aunque tuvieron algunas oportunidades para aumentar la ventaja, no pudieron concretar. Sin que nadie se lo esperara, los alemanes igualaron el marcador al minuto 74 con un gol Van Buyten.
Sin embargo, el Milan no se conformaba con el empate y salió a buscar aquel gol que le diera la victoria. Al minuto 83 el juez central cobró una falta de Lucio sobre Kaká dentro del área. Los locales tenían la oportunidad de adelantarse en el marcador mediante los 12 pasos.
Y Kaká no fallaría, el brasileño con un disparo raso al palo de la mano izquierda del portero adelantaba a su equipo que inclinaba la llave de su lado, pero, en la última jugada, cuando el árbitro se preparaba para pitar el final, Van Buyten, de nuevo, igualaba el marcador y dejaba en silencio a todo el estadio que no podía creer como su equipo había obtenido un empate con sabor a derrota.
Los dirigidos por Ancelotti viajaban a Alemania en busca de la clasificación, pero en los primeros minutos se encontraron con un Bayern que salió a imponer las reglas. Por suerte para los ‘Rossoneri’ el guardameta Dida estaba teniendo una noche estelar y mantenía el arco en ceros con lo que podía.
A medida que transcurría el primer tiempo, el Milan se encontraba cada vez más cómodo y al minuto 27 Seedorf le cruzaba la pelota a Oliver Khan y adelantaba a su equipo en el marcador. Con el partido a su favor los italianos siguieron buscando y cuatro minutos después el mismo Seedorf le metió un pase quirúrgico a Inzaghi y lo dejó solo de cara al arco. El ‘Pipo’ (apodo de Inzaghi) definió con categoría y puso el 2-0 a favor de su equipo.
Los Bávaros intentaron empatar el marcador, pero la férrea defensa italiana comandada por Paolo Maldini, no se dejó intimidar y logró mantener la ventaja con la cual su equipo avanzó a las semifinales, en las cuales tendrían una dura prueba frente al Manchester United de Sir Alex Ferguson.
Una segunda oportunidad
Octubre del 2000, Brasil.
Un joven futbolista de 18 años, llamado Ricardo Izecson dos Santos Leite, fue sancionado por acumulación de tarjetas cuando jugaba para las juveniles de su equipo (São Paulo) por lo cual el técnico decidió darle dos días libres. En su corto descanso, Ricardo, decidió visitar a sus abuelos en Caldas Novas, un municipio de Brasil, famoso por sus aguas termales. Estando allá, fue con a su hermano a un parque acuático y al saltar de un tobogán, su cráneo impacto fuertemente con el fondo de la piscina. Su cabeza empezó a sangrar por lo cual le tuvieron que suturar la cabeza y le tomaron una radiografía en la cual todo estaba aparentemente bien.
Días después Ricardo empezó a sentir un dolor insoportable en el cuello por lo cual le hicieron otra radiografía que señaló que el joven futbolista se había fracturado la sexta vertebra en la parte superior de la columna. Los médicos estaban asombrados de que Ricardo no estuviera paralitico, pues debido a aquel golpe tuvo que usar un collar cervical y permanecer dos meses en la cama. Mediante oración y Fe, Ricardo al paso de los dos meses estaba totalmente curado y aunque los doctores hablaban de suerte, la familia de Ricardo hablaba de Dios.
Aquel joven, apodado Kaká, debuto meses después como profesional con el São Paulo y con el paso del tiempo debido a su buen juego fue transferido a Italia, concretamente al AC Milan club en el que se empezó a destacar y brillar por su talento como futbolista.
Semifinal
El teatro de los sueños (apodo del Old Traford, estadio del Man. Utd.) se preparaba para una semifinal única y tan solo a los cinco minutos, Cristiano Ronaldo cabeceaba en un tiro de esquina, y el portero Dida con mala fortuna se anotaba un gol en propia puerta. Aun así, al minuto 22, Kaká, con un notable cambio de ritmo y una definición cruzada, empataba el marcador y ponía a su equipo de nuevo en el partido.
Al minuto 37, Dida, desde el área chica le metió un pase a Kaká que se encontraba en el campo de los locales. El brasileño con su gran velocidad eludió a un defensor, le hizo un sombrero al argentino Heinze, rápidamente cabeceó la pelota provocando que Evra y Heinze se chocaran y con una sutil definición dejó a Van der Sar en el suelo y a todo Old Trafford rendido a sus pies.
Aun así, los dirigidos por Ferguson despertaron después del descanso y empataron el encuentro con un gol de Wayne Rooney. Finalizando el partido, el mismo Rooney le daba la victoria a su equipo y aunque los ingleses tomaban la ventaja en la llave el partido en Italia sería a otro precio.
Tan pronto inició el partido, el Milan no dejaba ni respirar al Manchester United y al minuto 11 Kaká, con un potente zurdazo marcaba su décimo gol en la Champions y adelantaba a su equipo en el marcador. Los dirigidos por Ancelotti continuarían atacando y al minuto 30 Seedorf ponía el 2-0. En la segunda parte el Milan seguiría imponiendo su autoridad y al minuto 78 Gilardino marcaba el tercer gol y aseguraba el paso de su equipo a la final.
El Milan con gran superioridad lograba avanzar a la gran final de la Champions League que se jugaría en el Estadio Olímpico de Atenas y en la cual se enfrentaría de nuevo con el Liverpool después de aquella final dos temporadas atrás, en la que los ingleses le remontaron un 3-0 milagrosamente.
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El fútbol y sus revanchas
Esta vez la final sería diferente, el Milan no quería dejar pasar la oportunidad de vengar aquella fatídica final y esperaba que todos los ‘Rossoneri’ presentes en Atenas festejaran su séptima Copa de Europa. Aun así, en el transcurso del primer tiempo era el Liverpool quien tenían las opciones más claras de gol. Sin embargo, a puertas del descanso Xavi Alonso le cometió una falta a Kaká fuera del área que le daba la oportunidad a los italianos de adelantarse en el marcador. Pirlo cobró y la pelota fue desviada por Inzaghi, que sin buscarlo, anotó para el Milan.
Los ‘Rossoneri’ increíblemente se iban con un 1-0 al descanso y esperaban mantener la ventaja en la segunda parte. El Liverpool se encontró con una defensa casi impenetrable aunque tuvieron una clara oportunidad después de que Dida le atajara un mano a mano a Gerrard. Sin embargo, el Milan no quería tener problemas y al minuto 82 Kaká le filtró un increíble pase a Inzaghi que anotó con calidad el segundo gol de la escuadra ‘Rossonera’.
Al minuto 89 Kuyt anotaba para el Liverpool y los fantasmas de Estambul empezaban a rondar por Atenas, pero con jerarquía los italianos mantuvieron la ventaja y se consagraban campeones de Europa.
Kaká, se arrodillaba en el césped del campo de Atenas y lucía una camisa con el lema “I Belong To Jesus” (Yo pertenezco a Jesús). El brasileño, que por poco queda paralitico, se rendía a los pies de Dios para agradecerle, pues no solo había tenido la oportunidad de volver a jugar fútbol, sino que se convirtió en un ídolo del Milan y en el mejor jugador del mundo aquella temporada, haciendo parte de un equipo de época que venció a sus rivales con jerarquía y pintó a todo el continente europeo de ‘Rossoneri’.
Por Julián Pino Cruz