Equipos de Época – La Scaloneta, la generación que le devolvió la gloria a Argentina

Argentina sigue de fiesta gracias a las hazañas de una escuadra que acabó con la sequía de un país que respira fútbol. Hoy, en equipos de época, la selección que cumple un año como tricampeona del mundo: la Albiceleste de Scaloni, de donde nace La Scaloneta, Messi y compañía.

La gloria se fue de Argentina por 28 años. Una maldición, un maleficio sagrado, una relación con lo divino que se rompió, que se acabó y que no se renovó. O bien, el resultado de la inestabilidad de numerosos proyectos, caídas ante elencos que sencillamente eran mejores o el ansía por volver a llegar a lo más alto.

Argentina avanzó por un viacrucis en el que siempre terminó perdiendo. Pequeñas victorias y gritos de celebración en medio de enfrentamientos con rivales, arbitraje, prensa, aficionados y, finalmente, dentro de la misma selección.

La racha negativa de la Albiceleste entre 1993 y 2021 se enmarcó con frases memorables, una canción que toca fibras de los argentinos y finales perdidas que daban la sensación de que lo más divino del fútbol se había esfumado del camino de la nación:

Fue una condena a la derrota que cargaron muchos con mística en la sangre. Por el banco pasaron Daniel Pasarella, Marcelo Bielsa, José Pékerman, Alfio ‘Coco’ Basille, el mismísimo Diego Armando Maradona y Alejandro Sabella. Y qué decir de los que portaron la ‘casaca’ por todos esos años: Javier Zanetti, Roberto Ayala, Hernán Crespo, Juan Sebastián Verón, Carlos Tévez, Juan Román Riquelme, Sergio Romero… Por nombrar algunos. ¿Cuántos darían todo lo que consiguieron en su carrera a cambio de un título con su selección?

Pero hubo unos pocos que lo lograron. Cuando su trayectoria se acercaba más al ocaso que a cualquier otro lado, ahí se quedaron. Siguieron contando con ellos y se salvaron de aparecer en el anterior listado, asumiendo el rol de líderes experimentados que no abandonaron un barco que partió, con dificultades, en 2018.

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El día que Scaloni desembarcó en la dirección técnica de la selección

Curiosamente, Argentina extrajo lo mejor de una de sus presentaciones más grises en una Copa del Mundo. En Rusia 2018, Jorge Sampaoli estuvo al frente de una selección que estuvo a poco más de cuatro minutos de quedarse por fuera en fase de grupos. Un gol agónico de Marcos Rojo frente a Nigeria al 86’ evitó una debacle que pudo haber sido peor. Finalmente, Argentina se fue de la cita orbital en octavos ante Francia.

El paso de los argentinos por territorio ruso fue fatal y no sólo por lo que sucedió en el terreno de juego. Una parte de la prensa señaló un camerino roto. El seleccionado recibió los dardos por lo que fue una gota que colmó el vaso. Para muchos, aquel grupo de jugadores fracasó en su intento por volver a lo más alto. Los aficionados se la ‘bancaron’ demasiado: en los años anteriores, Argentina llegó a la instancia decisiva de tres torneos y en todos cayó en la prórroga o en una tanda de penales.

Rusia 2018 fue un punto final injusto para hombres como Javier Mascherano o Gonzalo Higuaín. Sus esfuerzos a lo largo de varios campeonatos no obtuvieron los frutos deseados. Su despedida fue triste y no reivindicó por lo que tanto trabajaron. Pero en medio de un combinado que empezó a experimentar diferentes cambios tras el Mundial, se quedó un héroe inesperado del cuerpo técnico saliente: Lionel Scaloni.

Scaloni dejó huella por su trabajo como entrenador; sin embargo, ya tenía una carrera. Fue un futbolista que duró cerca de 20 años en activo entre 1995 y 2015. Tras salir de su país, en donde jugo para Newell’s y Estudiantes, el lateral derecho no abandonó Europa, pasando por España, Inglaterra e Italia. Con el seleccionado argentino tuvo un paso fugaz a mediados de los 2000; en realidad se destacó más en sus categorías juveniles, alzando el Mundial Sub-20 en 1997.

Poco tiempo después de retirarse, porque Scaloni es un director técnico joven de 45 años, Lionel tomó la dirección de la selección Sub-20 e integró el staff de Sampaoli como asistente y analista de los conjuntos rivales. Con el inicio de un nuevo proceso mundialista, Scaloni recibió de forma interina a la selección absoluta y cumplió con una serie de retos que le merecieron la confirmación de su puesto.

Lo primero fue el recambio generacional de la selección y la Copa América Brasil 2019. Con Scaloni a la cabeza, empezaron a sumarse los nombres de Leandro Paredes, Rodrigo de Paul, Giovani Lo Celso y Lautaro Martínez. Se quedó la experiencia de Nicolás Otamendi, Sergio ‘Kun’ Agüero, Ángel Di María y Lionel Messi. Así pues, un equipo renovado futbolística y anímicamente consiguió la medalla de bronce en el certamen continental y su entrenador fue ratificado.

Sin saberlo, la derrota 2 – 0 en la semifinal del torneo frente a Brasil fue la última que registró Argentina por mucho tiempo. Había motivos para creer en el trabajo de Scaloni, pero no había duda de que apostar por él de cara a la última chance para que el combinado de Messi alzara un título era una decisión arriesgada.

Poco a poco, los de Scaloni fueron disipando los interrogantes, sobrellevando las eliminatorias a Qatar 2022 en un cómodo e invicto segundo lugar hasta la disputa de la Copa América 2021.

El nacimiento de la ‘Scaloneta’ y su primera conquista

El destino trazó una línea temporal interesante para el desarrollo de la Copa América siguiente a la de Brasil 2019. En un principio, Colombia y Argentina organizarían en conjunto la edición 47 del certamen que pasaría a llevarse a cabo cada cuatro años a partir de 2020. No obstante, nada más y nada menos que una pandemia global se interpuso en los planes de la Conmebol. Dada la emergencia sanitaria ocasionada por la COVID-19, la Copa América sólo fue un evento más que se vio obligado a posponerse.

Dicho acontecimiento benefició a la selección de Scaloni, puesto que el equipo tuvo un año más para afianzarse y llegar en condiciones a la competición, la cual ya no se disputaría en suelo colombiano y argentino, sino que fue acogida por Brasil, país que demostró encontrarse en una mejor situación para albergar la copa.

Argentina compartió zona con Bolivia, Chile, Paraguay y Uruguay. Fue un torneo desnaturalizado por distintos matices, pero especialmente por la ausencia del público en los estadios y el formato del mismo, el cual hizo que cuatro de las cinco selecciones de los dos grupos avanzaran de fase.

No obstante, Argentina empezó dominando. A pesar de empatar en el debut contra Chile, los dirigidos de Scaloni vencieron sin mayores complicaciones a Uruguay, Paraguay y Bolivia. Siete goles anotados y dos recibidos, para una suma de 10 puntos de 12 en su zona. Lionel Messi, la figura de un equipo que se hacía cada vez más fuerte.

El combinado argentino empezó a asentar una base. Emiliano ‘Dibu’ Martínez cumplió en la portería y se adueñó del sitio; en el fondo, una línea de cuatro con Nahuel Molina por derecha y Marcos Acuña por izquierda, Cristian Romero y Nicolás Otamendi conformaron una dupla inamovible como centrales; el equilibrio en la mitad del campo a cargo de Rodrigo de Paul y Giovani Lo Celso, Guido Rodríguez completaba la medular, pero Scaloni también probó a Leandro Paredes; en el frente de ataque comandó Lio Messi, en compañía de Lautaro Martínez y Ángel ‘Fideo’ Di María, quien consiguió a pulso su lugar en el once por encima de un rendidor Nicolás González.

La ‘Scaloneta’ nació en los cuartos de final. Ecuador, el conjunto contrario. Argentina dio rienda suelta a su fútbol dinámico, equilibrado y preciso, un estilo que no paraba de aceitarse. La máquina se adelantó gracias a de Paul antes del cierre del primer tiempo; la Albiceleste aguantó, aprovechó sus momentos y anotó otros dos sobre el final por obra y gracia de Lautaro y Messi. 3 – 0, un resultado contundente, juego atractivo y panorama ilusionante. Ese fue el día que la selección ganó más adeptos y con razón. Los argentinos se convencían de la propuesta de los suyos y aclamaron a Scaloni como el timón de un colectivo encaminado a la gloria.

En ‘semis’, Argentina se impuso a Colombia a puro honor y gallardía. Lautaro Martínez madrugó a los cafeteros con el 1 a 0 a los siete minutos. Sin embargo, el control de la Albiceleste entró en turbulencia y cedió algunas chances para los dirigidos por Reinaldo Rueda. A los 61’, Luis Díaz empató la serie. Pese a los acercamientos de los argentinos, el juego pasaría a definirse en la temida tanda de penales.

Fue entonces cuando la figura de un equipo aguerrido con jugadores agigantados tomó lugar. Messi, Paredes y Martínez convirtieron sus cobros; de Paul fue el único que falló. La leyenda del ‘Dibu’ fue la que pasó a la memoria. El guardameta atrapó en una telaraña psicológica a Dávinson Sánchez, Yerry Mina y Edwin Cardona; les aseguró que “se los comía” o que “los conocía” y atajó sus lanzamientos. Quizá esa era la forma de sacarse la ‘mufa’: la convicción y la apropiación de que los momentos determinantes eran sus turnos para brillar hizo que la recién nombrada ‘Scaloneta’ clasificará a una nueva final contra Brasil.

La ‘Canarinha’ recibió en Río de Janeiro a Argentina. El clásico sudamericano de toda la vida. 90 minutos en los que dos naciones fronterizas aguardan por vencer y poder gritarle a su rival “¿décime qué se siente tener en casa a tu papá?”. Un valor agregado para aquel compromiso: era la gran final de la Copa América 2021. Un duelo por quedarse con el trofeo internacional más antiguo del planeta.

Argentina consiguió alejarse del misticismo de la previa; además, olvidó la angustia por conocer si esa noche al fin se rompería el maleficio. Todo para centrase en el juego y nada más, buscar la copa con la lógica que los hizo llegar a la final: ir partido a partido.

Saltaron a la cancha el ‘Dibu’, Montiel, Romero, Otamendi, Acuña, de Paul, Paredes, Lo Celso, Messi, Martínez y Di María. Los 11 guerreros de Lionel Scaloni.

A diferencia de las tres finales anteriores, Argentina tradujo en goles su aparente dominio en el arranque. Ángel Di María alcanzó un balón en profundidad por derecha y tiró un sombrero memorable para ir al frente del marcador. Fue un primer tiempo de equilibrio, dominio e infaltable aguante.

Brasil se lanzó por el empate en la segunda etapa. El ‘Dibu’ fue una valla inquebrantable cuando la línea defensiva dio libertades a la ofensiva de un elenco encabezado por Neymar. El aguante se convirtió en sufrimiento y el dominio en resistencia. Un ejercicio contrarreloj por asegurar lo que ya se había conseguido. Messi estuvo muy cerca de sellar la velada que siempre soñó, pero cuando pudo definir ante Ederson dentro del área, la pelota, su aliada fiel, se le escapó.

Los argentinos conocieron el desahogo con el pitazo final. Gracias a que se levantaron ciertas restricciones, 5.500 aficionados pudieron asistir al gran suceso que significaba un título de Messi con su selección. Al ‘10’ lo querían abrazar todos y, minutos después, tuvo en sus manos lo que siempre quiso: un trofeo con Argentina.

Una generación renovada con la experiencia de los capos que en algún momento se quedaron a nada consiguió llegar a lo más alto del continente. ¡Messi, Scaloni y Argentina campeones de América!

El 10 de julio de 2021 acabó un martirio de 28 años. Ese fue el tiempo que tuvo que pasar para que Argentina volviera a consagrarse. La ‘Scaloneta’ logró una hazaña inolvidable: se reconcilió con el Dios del fútbol. Fue la coronación de una delegación en el mítico Maracaná. Pero también fue el triunfo de todo un país que, a partir de ese momento, quedó a la expectativa de lo que podía hacer esa generación en la Copa del Mundo.

La Finalíssima y el camino a un reencuentro soñado

La ‘Scaloneta’ recuperó algo importantísimo: Argentina nuevamente era una de las mejores selecciones del mundo. El equipo cerró unas eliminatorias impecables con 11 partidos ganados y seis empatados. Cuando sus jugadores se midieron con similares de otras regiones no les temblaron las piernas. En el ciclo de preparación para la Copa del Mundo Qatar 2022, la Albiceleste ganó los cinco duelos disputados, tres ante cuadros de la Concacaf y dos de la UEFA. La cereza del pastel: un segundo título en dos años.

El 1 de junio de 2022 en Wembley, Argentina e Italia se enfrentaron para definir al campeón de un torneo reinaugurado: la Finalíssima, un cotejo entre los campeones de la Copa América de la Conmebol y la Eurocopa de la UEFA.

Aquel día, la ‘Scaloneta’ tocó tango en Inglaterra. La defensa y el mediocampo fueron sólidos, mientras que el tridente ofensivo de Lionel Messi, Lautaro Martínez y Ángel Di María destrozó a una Italia confusa.

Lautaro abrió la lata a los 28’; el ‘Fideo’, como ya empezaba a hacerse costumbre en las finales, se reportó en la adición del primer tiempo, y Paulo Dybala bajó la persiana a los 90+4’ para que la era Scaloni se hiciera con su segundo título.

Desde entonces, pasaron cerca de cinco meses en los que se alimentó mucho más la ilusión de los argentinos por Qatar. La ‘Scaloneta’ ya conocía cómo podría darse su reencuentro con la historia, de la misma forma en la que los jugadores tenían una obsesión que los visitaría a mediados de la temporada 2022/23.

La ‘Scaloneta’ por la Copa del Mundo

Lionel Scaloni convocó a 26 jugadores para el reencuentro con la competición soñada. Pese a las bajas de Giovani Lo Celso y Nicolás González, el grupo estaba completo para el Mundial. A continuación, el perfil de los futbolistas seleccionados y los que se quedaron por fuera pero hicieron parte activa del proceso:

El equipo dirigido por Lionel Scaloni y sus asistentes: Walter Samuel, Roberto Ayala y Pablo Aimar, estaba listo. La primera fase le deparó como rivales a México, Polonia y Arabia Saudita. Sobre el papel, el grupo C no debía suponer un reto imposible para Argentina, un seleccionado avalado por su juego, sus resultados y su historia; sin embargo, una Copa del Mundo sólo te asegura tres juegos. Lo mejor para la ‘Scaloneta’ era seguir con su idiosincrasia de trabajar partido a partido. Así pues, el ansiado debut llegó el 22 de noviembre en Lusail.

El favoritismo le ganó a Argentina en el primer juego. Lionel Messi adelantó rápidamente a su selección frente a Arabia Saudita con un penal a los 10 minutos; no obstante, el combinado asiático supo replegarse y mantenerse en la pelea. De forma inesperada al inicio del segundo tiempo, Saleh Al-Shehri y Salem Al-Dawsari pusieron a ganar a los de Hervé Renard. La ‘Scaloneta’ se bloqueó y conoció la ‘calle derrota’; la Albiceleste perdió una racha de 36 partidos invictos desde aquella eliminación en ‘semis’ de la Copa América 2021 a manos de Brasil.

Reaparecieron los fantasmas y el seleccionado argentino tropezó con su ilusión desbordada. Por suerte, la ‘Scaloneta’ supo encajar el golpe. México planteó un segundo compromiso cerrado y después de una hora de juego, la tensión de Argentina no hizo más que crecer al no romper el cero.

Pero es entonces cuando aparecen los fuera de serie. Messi tomó valor, consiguió un espacio, remató cruzado con zurda de media distancia y acabó con la ansiedad. Una genialidad del ‘10’ para el sufrido y celebrado a rabiar 1 – 0. Enzo Fernández, un nuevo protagonista de esta historia, empezó a escribir su mito y con otro golazo a los 87’ decretó el 2 por 0 definitivo.

La confirmación de que Argentina se había repuesto llegó contra Polonia. El arquero Szczęsny le atajó un penal a Messi en la primera etapa; pero otros dos futbolistas jóvenes salieron al rescate: Alexis Mac Allister con el primero a los 46’ y Julián Álvarez con el 0 a 2 a los 67’ con el que acabó el tercer partido. La Albiceleste logró superar un momento difícil con la derrota en el debut y avanzó a los ‘mata-mata’ como primera de su zona.

Algunos elementos vistos en la fase de grupos se harían latentes para el resto del Mundial. En primer lugar, la aparición estelar de tres jóvenes que se adueñaron de un lugar en el once: Mac Allister, Enzo y Álvarez. Por otro lado, el sufrimiento, el drama y la sorpresa que se asomarían en el camino de la fase final. Y por último, la emotividad: Argentina canjeó la presión de su favoritismo por la humildad de comprender cuán lejos habían llegado como equipo. Si la ‘Scaloneta’ ya era un grupo unido, el desarrollo del torneo fortaleció a una generación que ya conocía la gloria.

En octavos de final la rival fue Australia. El conjunto oceánico buscó defenderse con una doble línea de cuatro rocosa; no obstante, Messi volvió a ser el encargado de destrabar un encuentro parejo. Con un gol a los 35’ de Lionel, la ‘Scaloneta’ midió sus tiempos para dominar, regular y liquidar, pues al 57’ Julián Álvarez duplicó la cuenta y llenó de tranquilidad a los argentinos.

Faltando 13 minutos, Craig Goodwin probó al arco y el remate se desvió en Enzo Fernández para ser el descuento de los australianos; Argentina sufrió el final y eso se convertiría en una tradición en las próximas definiciones. El paso a cuartos lo selló el ‘Dibu’ imponiéndose en un mano a mano a Ñuol. La Albiceleste clasificó a cuartos.

En cuartos de final aguardaba una selección que tenía un pasado ante Argentina. Así como la Albiceleste venció en su reencuentro con la gloria a escuadras que en algún momento durante los 28 años de sequía fueron sus verdugos, la ‘Scaloneta’ tenía esa oportunidad ante Países Bajos, elenco que acabó con el paso de los argentinos por Francia 98. En adición, la previa tuvo un condimento especial: el entrenador contrario, Louis van Gaal, dio declaraciones sobre las debilidades de Messi y los suyos, dejando en claro que el combinado europeo tenía posibilidades de ganar la eliminatoria.

El 9 de diciembre de 2022, se puso en prueba quién estaba más preparado para quedarse con el Mundial. Países Bajos no encontró formas para hacerle daño al equipo sudamericano; en cambio, Argentina fue paciente y siguió su plan de juego. A los 35’, otra genialidad más de Lionel Messi, una asistencia increíble y una definición rasa de Nahuel Molina frente al arquero Noppert para poner arriba a la ‘Scaloneta’. En el ecuador de la etapa complementaria, Acuña recibió una infracción dentro del área; el árbitro señaló penal y Messi fue el encargado de convertirlo en gol.

No obstante, Argentina durmió en los minutos finales. A los 83’, un recién ingresado Wout Weghorst tiró un cabezazo imparable y descontó el asunto; en el último instante de la edición, el mismo Weghorst facturó una defensa errática de un tiro libre por parte de los argentinos y empató el encuentro. En la prórroga la Albiceleste estuvo más cerca de ganarlo que la Naranja de van Gaal, pero el ganador se conocería en la tanda de penales.

El ‘Dibu’ fue heroico como en la Copa América ante Colombia. Atajó los cobros de van Dijk y Berghuis e hizo que los tantos de Koopmeiners, Weghorst y de Jong fueran insuficientes. A pesar de que Enzo falló, para Argentina anotaron Messi, Paredes, Montiel y Lautaro. Los de Scaloni explotaron en una celebración que generó conflicto con los neerlandeses después de 120 minutos y algo más de un fútbol accidentado, impredecible y en guerra. Argentina ganó la batalla.

En ‘semis’, la subcampeona de la edición pasada. Croacia repitió una presentación formidable y eliminó a Brasil para meterse entre las cuatro mejores del mundo. Argentina, por su parte, sufrió más de lo que podía imaginar contra Países Bajos y entendió que hasta el último segundo de sus dos compromisos entrantes debía luchar por sus sueños.

Frente a los croatas la figura fue Julián Álvarez. Sobre los 34’, el guardameta Livaković atropelló al delantero dentro del área; Messi abrió la lata de penal. Cinco minutos después, la ‘araña’ pegó una carrera impresionante en un contragolpe y castigó con el segundo a Croacia tras una serie de rebotes en el mano a mano. A los 69’, Álvarez selló una noche inolvidable empujando un balón que se encendió por la magia de Lio Messi, quien, como en su juventud con Barcelona, corrió por toda la banda, regateó a los defensores y se iluminó para asistir a su compañero. Contundente 3 a 0 para aterrizar en la final.

La gloria no se fue de Argentina

Kylian Mbappé condujo a Francia a una fabulosa defensa de la Copa del Mundo de 2018. Una columna vertebral con experiencia en la selección supo encontrar su camino para la definición del campeonato en 2022: Lloris en el arco, Varane en defensa, Griezmann en la mitad del campo y Mbappé al frente.

Entretanto, la ‘Scaloneta’ entendió que debía asumir la final con tranquilidad. Era el emotivo reencuentro con la gloria, sí; pero antes de todo, era un partido muy complejo frente a una selección francesa que imponía respeto.

Scaloni dispuso al ‘Dibu’ Martínez en la portería; a Tagliafico, Romero, Otamendi y Molina en la línea defensiva; a de Paul, Mac Allister y Enzo en la zona medular, y a Messi, Álvarez y Di María en la alineación titular de la final.

El entrenador encontró en el módulo 1-4-3-3 la forma para ser un equipo ordenado, punzante y vertical, con Lionel Messi, su gran figura, en estado de gracia y en su mejor posición para hacer lo que más sabe: jugar fútbol.

De cara a la final, el planteamiento fue claro: desconectar a Mbappé de la circulación de la pelota de Francia y atacar por izquierda con Di María, aprovechando que Koundé era un lateral reconvertido, pues su puesto de origen es de zaguero central.

18 de diciembre de 2022. Todo ya estaba dicho y el Estadio Icónico de Lusail quería que rodará la pelota en la final de la Copa Mundial de Qatar 2022.

El inicio del partido para Argentina fue demoledor. La ‘Scaloneta’ no paró de poner en peligro a una Francia predecible y en corto circuito. Dembelé cometió una falta torpe sobre Di María en el área y Messi se vistió de crack para cobrar un penal en una final de un Mundial: aguantó al movimiento del arquero y definió cruzado al otro palo.

La confirmación de lo que empezaba a ser un baile llegó con el ‘Fideo’. Argentina ejecutó una contra espectacular que cayó en los pies de Messi en zona de peligro para Francia. El ‘10’ fue solidario y dejó a Di María en un mano a mano contra Lloris; así como en la Copa América y en la Finalissima, Ángel anotó en la final para doblar la ventaja de un compromiso bien planteado por Scaloni.

Desde antes de que se acabará el primer tiempo, Deschamps hizo un revolcón en Francia. Para el minuto 75, el entrenador galo ya había hecho cuatro modificaciones. Argentina no pudo sumar más a su cuenta, pero tampoco sufría para mantener su ventaja. Todo cambió cuando se reavivó la llama de Mbappé.

Otamendi bajó a Kolo Muani en el área; penal para Francia. Kylian mandó a guardar un potente cobro cruzado y la final ya tenía su descuento sobre los 80’. En cuestión de segundos, Messi perdió una pelota, Coman comandó un ataque intempestivo de Francia y Mbappé eludió a su marca para recibir por izquierda un balón elevado que cambió por gol gracias a una volea imparable con derecha. 2 a 2 y nada estaba resuelto.

Messi tuvo un disparo de media distancia antes del pitazo final del tiempo reglamentario; sin embargo, la prórroga esperaba por argentinos y franceses. Allí, Argentina recuperó su ser después de lo que fue un empate de miedo. A los 108’, Lautaro tomó un balón por derecha, remató, Lloris dejó rebote y Messi puso al frente a la ‘Scaloneta’ otra vez. No obstante, como si fuera una película de acción, Francia encontró una pena máxima por una mano de Montiel y Mbappé consiguió su triplete en la final. 3 – 3.

En la adición del tiempo suplementario, los dos elencos tuvieron la oportunidad de evitar que el juego se fuera a los penales. La opción más clara fue la de Kolo Muani para Francia: controló una pelota picada y se fue a un mano a mano contra el ‘Dibu’; el guardameta se hizo gigante, atajó lo que era un gol con su pierna izquierda y paró una bola inolvidable. De inmediato, Lautaro capturó un centro, pero su cabezazo no fue pleno y el balón salió desviado. Llegaron irremediablemente los penales.

La leyenda del ‘Dibu’ en los penales no era en vano: pese a que Mbappé convirtió el primer cobro, el guardameta atajó el siguiente de Coman. Tchouaméni botó el suyo y el tanto de Kolo Muani ya no alcanzaba. El tiempo se detuvo en cuatro ocasiones para los argentinos: Messi, Dybala, Paredes y Montiel anotaron desde el manchón blanco y pasaron a la historia. 4 a 2 por penales y Argentina alcanzó su anhelada tercera estrella.

La ‘Scaloneta’ llegó de gloria a Argentina después de mucho tiempo. El gran mérito del equipo de Scaloni fue haber conformado una escuadra invencible en un proceso de cuatro años. Fue una montaña rusa desde el incendio en el que se convirtió la selección después de Rusia 2018 hasta tocar el cielo con las manos. Argentina es el campeón de América y del mundo. Messi lo logró. La generación que respaldó a Scaloni y a Messi lo consiguió. Cesó la pesadilla y los argentinos tienen tres estrellas hermosas para celebrar.

Un año después de la conquista en Qatar, la ‘Scaloneta’ sigue encaminada al éxito, dado que lidera las eliminatorias rumbo a United 2026 y el proceso ha tenido continuidad con la Copa América 2024 en mente. A pesar de que Scaloni ha puesto en duda que siga en el cargo durante los próximos meses, su legado con la Albiceleste ya es imborrable: fue el hombre con el que volvieron los títulos a las vitrinas de Argentina.

La gloria no se fue de Argentina ni de Sudamérica, teniendo en cuenta que el continente también tuvo que esperar 20 años para que una Copa del Mundo volviera a casa. Messi hizo realidad su sueño y el de millones de seguidores en todos los rincones del planeta. El fútbol ganó porque uno de sus máximos referentes fue feliz y lo sigue siendo.

La historia dirá que el cántico fue cierto: “Vení, vení. Canta conmigo, que un amigo vas a encontrar. Que de la mano de Leo Messi, todos la vuelta vamos a dar”.

Por: Zamoel Guzmán Ruiz