Equipos de época – F. C. Oporto 2003 – 04, el Porto de Mourinho conquista Europa

F. C. Oporto 2003 – 04

Hoy en equipos de época, el nacimiento de la leyenda de José Mourinho en Europa de la mano del F. C. Oporto 2003 – 04.

La llegada del Siglo XXI en el FC Oporto transcurría con mucho movimiento dentro de las instalaciones del conjunto lusitano, dado el comienzo de las obras en 2001 de un nuevo estadio en el que se disputarían varios juegos de la Eurocopa que Portugal recibiría en el 2004; pero, también, estaba acompañado de tres años consecutivos en los que la Primeira Liga les era esquiva, que culminaron en 2003 con el equipo que dirigía el joven entrenador José Mourinho.

Mourinho recibió el cargo en enero del año anterior luego de abandonar el União de Leiria, club al que encaminaba en una temporada de ensueño que finalizó con una clasificación histórica en la Liga portuguesa correspondiente al quinto lugar en la tabla general.

El entrenador portugués es un hombre apasionado por el fútbol que, tuvo una carrera modesta como jugador en Portugal para la década de 1980, desembarcó en la dirección técnica pocos años después de su retirada, primero como asistente de Bobby Robson y Louis van Gaal en tres de los equipos más reconocidos de la Península Ibérica: Sporting C.P., F.C. Oporto y Barcelona; y posteriormente como primer entrenador del SL Benfica, durante un periodo corto en la temporada 2000 – 01 y el UD Leiria, antes de volver a Oporto a comienzos del 2002 a reconstruir un proyecto que Octávio Machado no logró encabezar.

De inmediato, su impacto en los Dragones Azules fue positivo, puesto que logró situar al equipo en la tercera posición tras haberlo acogido en la quinta casilla, consiguiendo clasificarlo a la Copa de la UEFA de la temporada siguiente, la cual ganó junto a las dos competiciones nacionales en disputa: Copa de Portugal y Primeira Liga; un triplete gratificante que daba paso esperanzador al curso 2003 – 04, donde las ilusiones blanquiazules girarían en torno a reconquistar el trono supremo del viejo continente, tal como hicieron en 1987, cuando se quedaron con la Copa de Europa frente al Bayern Múnich en Austria.

La suerte del Porto en su sueño europeo

El lugar del F. C. Oporto 2003 – 04 era el grupo F con el Partizán de Belgrado, el Olympique de Marsella y el Real Madrid de los Galácticos en la primera etapa de Florentino Pérez como presidente del conjunto blanco, que para esa temporada sumaba a David Beckham a la plantilla con futbolistas tan renombrados como Raúl González, Iker Casillas o Zinedine Zidane.

Los merengues se encontraban entre los favoritos para llevarse el título de la edición número 49 de la máxima competición europea, a su vez decimosegunda bajo el nombre de UEFA Champions League, así como el Manchester United de Sir Alex Ferguson y el Arsenal de Arsène Wenger se plantaban como aspirantes serios para llevarse la corona del A. C. Milan, que de igual forma reafirmó su condición de equipo ganador en la Supercopa del 2003 en la que se impusieron a los de Mou por 1 a 0.

Sin embargo, el rol protagónico de la Liga de Campeones 2003 – 04 se lo robó el Porto, un equipo que mantuvo la nómina de sus éxitos inmediatamente anteriores con Vitor Baía, bajo los tres palos; Nuno Valente, Ricardo Carvalho, Jorge Costa y Paulo Ferreira, de izquierda a derecha en la línea defensiva; Costinha, Maniche y Pedro Mendes fortaleciendo la zona medular; y en el ataque Derlei junto a Carlos Alberto o Dmitri Alénichev, que se servían de los balones que distribuía el mediocampista creador Deco; además de la incorporación del rematador sudafricano Benny McCarthy proveniente del Celta de Vigo.

Los primeros compromisos de los portugueses en el grupo F resultaron en dos tropiezos en Belgrado, en lo que fue un empate a un tanto frente al Partizán, y en casa, donde fueron derrotados por el Real Madrid tres goles a uno, de los que se tuvieron que rehacer ante el Olympique de Marsella de Didier Drogba en la tercera jornada, al que se impuso en condición de visitantes por 3 a 2 con los goles de Derlei, Maniche y Alénichev.

Para la segunda vuelta, el Porto volvió a vencer al Marsella con un marcador de 1 a 0 y logró conseguir la victoria contra el Partizán por 2 a 1 en Das Antas, su antiguo estadio.

El 9 de diciembre de 2003 finalizó la ronda de grupos en el Santiago Bernabéu igualando a uno con el Real Madrid, que se adelantó a los nueve minutos por obra de Santiago Solari hasta que el penal ejecutado por Derlei al cierre del primer tiempo decretó las tablas y posicionó al Porto en la segunda casilla, que los haría enfrentarse al Manchester United en los octavos de final, cuando la competencia retornara en febrero del siguiente año.

Tabla de posiciones Grupo F UEFA Champions League 2003 – 04

 EquipoPuntosGFGCDG
1.Real Madrid14115+6
2.F.C. Oporto1198+1
3.Olympique de Marsella4911-2
4.Partizán de Belgrado338-5

Entretanto, los dirigidos por Mourinho continuaban liderando la Liga Portuguesa y mantendrían su dominio hasta llevarse nuevamente el trofeo al final de la temporada. No obstante, no contaron con la misma suerte en la Copa de Portugal, donde avanzaron hasta la final que perdieron con el Benfica con un resultado desfavorable de 2 a 1.

De regreso con la Liga de Campeones, el Porto cambió la sede de su localía al Estádio do Dragão para el enfrentamiento de ida ante los Red Devils, que se fueron adelante en el marcador al minuto 14 con un tanto del lateral Quinton Fortune, golpe del que supieron reponerse los locales al empatar 15 minutos más tarde por obra de Benny McCarthy, que dobló su cifra goleadora sobre el minuto 78 con un cabezazo certero que llenó de júbilo las graderías del estadio recién estrenado.

Para el 9 de marzo de 2004, el Porto llegaba a Old Trafford con una diferencia a su favor correspondiente a un gol, que se contrarrestó antes de finalizar el primer tiempo gracias a un remate de cabeza de Paul Scholes con el que se empataba el resultado global del encuentro; sin embargo, aventajaba a los mancunianos por el gol en condición de visitante con el que avanzaban de fase.

Una anotación bastaba para que el F.C. Oporto pudiera hacer presencia en la siguiente instancia de la competición, motivo por el que atacaban de todas las formas posibles el arco protegido por Tim Howard, que resistió hasta el minuto 90 cuando McCarthy ejecutó potentemente un tiro libre al segundo palo del estadounidense, que logró evitar que el balón entrara a su portería, pero que dejó servido el rebote para que lo aprovechara Costinha, que con su pierna derecha enmudeció al teatro de los sueños con un gol que el mismo José Mourinho celebró fervientemente con sus dirigidos en el banderín del córner al sureste del terreno de juego.

Tras superar 3 a 2 a uno de los equipos más históricos del Reino Unido y clasificar en una de las canchas más míticas de todo el planeta, el Porto se vería en los cuartos de final con el Olympique Lyonnais, mientras en las otras llaves se plantaban los favoritos A.C. Milan y Real Madrid ante los sorpresivos Deportivo La Coruña y A.S. Mónaco, y los similares Chelsea y Arsenal chocaban en un duelo inglés.

Sin mayores contratiempos, el Porto consiguió su pase para las semifinales al vencer al Lyon 2 a 0 con tantos de Deco y Carvalho en el primer juego, que los hacía valerse de un empate a dos en el Stade Gerland para asegurarse como uno de los cuatro mejores equipos de Europa de la temporada.

Por otro lado, los focos de la prensa alumbraron con mayor intensidad a los otros tres compromisos que se decidieron con paridad en la vuelta.

En el estadio Luis II, el AS Mónaco edificó una remontada que despidió sorpresivamente al Real Madrid de la competencia, cuyos verdugos fueron Ludovic Giuly en dos ocasiones y su ex-atacante durante seis años Fernando Morientes, los autores de las anotaciones con las que igualaban un marcador global adverso de 5 a 2 y superaban la ronda gracias a los goles de visitante.

En Highbury, el Chelsea de Claudio Ranieri dejó en el camino al Arsenal de los invencibles con un dramático gol de Wayne Bridge al minuto 87, que subía al marcador como el 2 a 1 con el que Londres se pintó de blue.

Finalmente, Riazor, la casa del Deportivo de la Coruña, vivió uno de los desenlaces más electrizantes de la historia de la UEFA Champions League, cuando los gallegos recibieron al Milan con un resultado de 4 a 1 en contra, del que se repusieron con la participación de Walter Pandiani, quien había sido el único anotador blanquiazul en la ida en San Siro y que daba lugar al sueño con un tanto a los cinco minutos de juego. Valerón de cabeza a los 34 y Luque con una definición sensacional con su pierna zurda a los 44 agregaron sus nombres a la cuenta y con un 3 a 0 la llave se igualaba antes del cierre del primer tiempo.

El superdepor, más fortalecido que nunca, encontró en la segunda parte en una volea de Fran que desviaba un defensor rossonero el gol con el que por primera vez en su historia alcanzaban una semifinal de la Copa de Europa, en la que se enfrentarían con el Oporto.

Portugueses y españoles protagonizaron un duelo igualado que contó con pocas emociones en la ida de las semifinales, en el que se exaltaron las capacidades defensivas de ambas escuadras; un remate al travesaño de Maniche en el minuto 67 y la curiosa expulsión de Andrade sobre el final por dar una patada amistosa a su ex-compañero Deco, fueron las únicas acciones llamativas del cotejo que se trasladaba en búsqueda de un finalista a Riazor.

En A Coruña, a pesar de la mayor intención ofensiva de los conjuntos, la paridad no cesó hasta el segundo tiempo.

En el minuto 60 Pierluigi Collina decretó tiro penal a favor de los visitantes, cuando Deco cayó dentro del área tras una entrada de César Martín, defensor que remplazó para la vuelta al sancionado Andrade.

Derlei fue el encargado de patear la pena máxima y vencer al guardameta José Francisco Molina que, aunque acertó al lanzarse a su palo derecho, no alcanzó ese balón raso imparable que ponía a celebrar a los lusos.

Desenfrenados al ataque, pero sin dar con el arco de Vitor Baía, se lanzaron los jugadores del Deportivo nuevamente con un hombre menos, tras la expulsión del marroquí Naybet a 30 del final, de modo que el Porto confirmaba su presencia en la final de la UEFA Champions League 2003 – 04.

Mientras tanto, el rival con el que se encontrarían por último en tal edición de la copa de Europa conseguía frente al Chelsea en Stamford Bridge, el 5 de mayo de 2004, su boleto para el juego de Gelsenkirchen.

El AS Mónaco de Didier Deschamps, a diferencia de la fase anterior, se sirvió de un resultado a su favor en la ida de 3 a 1 que les permitía valerse de un empate en la vuelta; no obstante, los tantos de Grønkjær y Lampard ponían en aprietos a los monegascos que supieron manejar la presión y encontrar su primera final de la Liga de campeones en su historia en un extraño gol de pecho de Hugo Ibarra justo antes de acabar el primer tiempo y en la novena anotación del goleador del torneo Fernando Morientes.

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La final de la UEFA Champions League 2003 – 04

El 26 de mayo de 2004 en la ciudad de Gelsenkirchen, la Arena auf Schalke, hogar del FC Schalke 04, recibía en la final del torneo más importante de clubes en Europa al FC Oporto 2003 – 04 de Portugal, campeón en una ocasión de la Copa de Europa, liderados por el entrenador de 41 años José Mourinho; y al A.S. Mónaco F.C. del principado del mismo nombre ubicado al suroriente de Francia, dirigido por el capitán de la selección gala campeona del mundo en 1998, Didier Deschamps.

Detrás de ambas escuadras, dos historias muy atractivas por contar que antecedían a lo que sucediese esa noche en Alemania, pero solo una contaría con el desenlace glorioso que brinda levantar la ‘orejona’.

Ante 62.000 espectadores el Porto formaba con Baía, Ferreira, el capitán Costa, Carvalho, Valente, Costinha, Maniche, Mendes, Deco, Carlos Alberto y Derlei.

Por su lado, el Mónaco partía con Roma, Ibarra, Rodríguez, Givet, Evra, Zikos, Cissè, Bernardi, el capitán Giuly, Rothen y Morientes.

De arranque, el encuentro fue controlado por el club luso, que lucía más cómodo ante la inexperiencia en finales de su rival, que sufrió una terrible baja a los 23 minutos por la lesión de su capitán y referente Ludovic Giuly, por el que ingresó el croata Dado Pršo.

A partir de entonces, el control de juego de los Dragones Azules, se transformó en un dominio total y un asedio constante en ataque al área monegasca, que vio caer el primer gol del partido en el remate de volea ejecutado por Carlos Alberto al minuto 39.

El inicio del segundo tiempo evidenció un planteamiento cauteloso de los de Mourinho y una posesión del balón que favorecía al conjunto del principado que, sin embargo, no representaba un peligro real para la portería que defendía Vitor Baía. Mientras que el Porto, continuaba amenazando a la defensa del Mónaco a través de contraataques que cada vez se volvían más peligrosos.

De tal forma, al minuto 71, Deco finalizó un contragolpe exquisito con su pierna izquierda, que efectúo un remate bajo y potente que parecía sellar el marcador del compromiso, al que se Alénichev agregó otro gol 5 minutos más tarde tras un mano a mano en el que venció a Roma con un potente disparo que sentenciaba definitivamente la final y a su vez, la edición de la UEFA Champions League de esa temporada, que se pintó de azul y blanco por segunda vez en la historia.

El F. C. Oporto 2003 – 04 y José Mourinho ¡Campeones de Europa!

F. C. Oporto 2003 – 04 escribió nuevamente su nombre con letras doradas en la orejona. El club luso se llevó una edición copera muy especial por la presencia de varios equipos sorpresivos que llegaron lejos en la competencia, soñando con más fuerza con quedarse con el título continental que solo les pertenece a unos pocos.

Por su parte, Mourinho a sus 41 años había logrado algo con lo que muchos grandes entrenadores sueñan y les cuesta hacer realidad.

Tan solo era el inicio de la carrera de este hombre portugués loco por el fútbol, un inicio muy exitoso que auguraba más retos y proezas históricas en el futuro, que lo llevaría de viaje a Londres, Madrid, Milán y muchas más ciudades en las que buscaría engrandecer su nombre como un ‘special one’.

Por: Zamoel Guzmán