Equipos de época – El campeón de la vida, Once Caldas 2004

Once Caldas 2004

Hoy en equipos de época, la escuadra colombiana que conquistó la Copa Libertadores y dejó al país en lo más alto. Once Caldas 2004.

En el año 1950 el club Deportes Caldas se coronó campeón de la Liga de Colombia, dejando como subcampeón al histórico ‘Ballet Azul’ y consiguiendo el primer campeonato profesional de Caldas, jugando un fútbol de calidad.

Años después, Deportes Caldas se unió con el club Once Deportivo y juntos crearon el Once Caldas. Sin embargo, el club pasó por años llenos de fracasos y frustraciones, y volver a sentir aquella gloria que tuvieron en la década de los 50’s se empezaba a convertir en una tarea casi imposible.

Aun así, el club esperaba iniciar un proyecto que los catapultara directamente a la cima del fútbol, por lo cual, para el año 2003 contrataron como director técnico a Luis Fernando Montoya. El ‘Profe’ (apodo de Montoya) proveniente de Atlético Nacional, buscaba forjar un proyecto ambicioso, que llenara de orgullo a la ciudad de Manizales y a toda Colombia.

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Contra todo los pronósticos, los dirigidos por el ‘Profe’ Montoya lograron avanzar al cuadrangular final de la liga colombiana, ocupando la primera casilla cuatro puntos por encima de su escolta (Millonarios). El ‘Blanco Blanco’ (apodo del Once Caldas) tendría que terminar como primero del Cuadrangular A, si quería llegar a la final, pero para eso habría que vencer al América de Cali, al Deportivo Cali y al Unión Magdalena.

Tras ganar cuatro encuentros y empatar dos, la escuadra de Manizales logró avanzar a la final, en la que se enfrentaría al Junior de Barranquilla, quien clasificó como primero del Cuadrangular B, dejando atrás a Deportivo Pereira, Millonarios y Centauros Villavicencio.

El partido, disputado en Barranquilla, terminó con un empate a ceros, por lo cual el campeonato tendría su definición en el Estadio Palogrande (Estadio del Once Caldas). Con un solitario tanto de Sergio Galván Rey, la escuadra manizaleña lograba hacer historia. El Once Caldas después de una larga sequía de más de 50 años, se hacía con el título de fútbol profesional colombiano en la primera temporada del ‘Profe’ Montoya.

Luis Fernando había logrado consolidar un equipo competitivo, y debido a su campeonato, aseguraba un cupo para la Copa Libertadores 2004.

Si bien, el Once Caldas había conseguido el campeonato colombiano con un juego de alto nivel, la Copa Libertadores era a otro precio. Rivales como São Paulo, Colo-Colo, River Plate, Boca Juniors, Independiente, Santos y equipos con jerarquía internacional, buscaban una nueva conquista, y para un equipo, que incluso para muchos era desconocido en el continente, pensar en la gloria eterna, era algo absurdo.

Sin embargo, con trabajo, fútbol y fe, la escuadra del ‘Profe’ Montoya buscaría el título de la Copa Libertadores 2004, pero primero, tendría que superar el Grupo 2 en el que estaba junto con Unión Atlético Maracaibo, Vélez Sarsfield y Centro Atlético Fénix

El ‘Blanco Blanco’ iniciaría de la mejor manera la Copa Libertadores tras vencer por 3-0 a Fénix en el Palogrande y 2-1 al Unión Atlético Maracaibo en Venezuela. Sin embargo, Vélez lograría imponerse sobre los colombianos por 2-0 en Buenos Aires, pero la escuadra de Manizales tendría su desquite en Palogrande y vencería a Vélez por 2-0.

Si la escuadra colombiana quería avanzar a la siguiente fase, tendría que vencer al Unión Atlético Maracaibo en Manizales. Y así fue, con un ajustado 2-1, Once Caldas conseguía su tiquete para los octavos de final de la Copa Libertadores. Ya clasificados como primeros de grupo, los dirigidos por Montoya empataron a dos goles en el último encuentro de la fase de grupos frente a Fénix.

El Once Caldas 2004, cara a cara con los grandes

La primera prueba para los cafeteros sería el Barcelona de Guayaquil. Los ecuatorianos, habían avanzado como segundos del Grupo 7, por debajo del Santos de Brasil. En el partido de ida disputado en Ecuador, los equipos no se hicieron daño, y la hinchada local se quedó con las ansias de gritar algún gol.

Con el marcador global en ceros, la llave tendría definición en el Estadio Palogrande. El Once salió a buscar el partido desde el arranque, y aunque en la primera parte tuvo algunas ocasiones para adelantarse en el marcador, no logró concretarlas. Por su parte, el Barcelona se mantuvo sólido en la zaga defensiva, y en el inició del segundo tiempo, José Gavica adelantaba a los ecuatorianos. Parecía un batacazo para el Once Caldas, que veía como transcurría el tiempo y las opciones se le acababan.

Sin embargo, faltando siete minutos para el final, Jorge Agudelo se inventaba un tacón e igualaba el marcador. De manera agónica, el delantero colombiano forzaba los penales en Manizales. Tras un cobro en el palo para el Barcelona y una gran atajada del golero del Once Caldas, Juan Carlos Henao, el ‘Blanco Blanco’ se quedaba con la serie (4-2) y avanzaba a los cuartos de final de la copa.

La escuadra manizaleña se encontraba con más confianza a medida que pasaba el torneo, pero para vencer a su siguiente rival necesitaba más que eso. El Santos de Brasil, que había quedado subcampeón la edición pasada de la copa, sería sin duda alguna, una prueba complicada para el conjunto del ‘Profe’ Montoya.

En el Estadio Urbano Caldeira la escuadra colombiana lograba aguantar el marcador frente a un Santos que atacaba constantemente. Pero cuando parecía que el Once Caldas se iba a llevar el empate, el brasileño Basilio anotó el tanto que abrió el marcador con un disparo ajustado. Sin embargo, los dirigidos por Montoya no querían irse en desventaja para el partido de vuelta y en el último suspiro el ídolo caldense Arnulfo Valentierra igualaba el encuentro.

En Palogrande, Juan Carlos Henao, comenzaba a mostrarse como figura; con sus atajadas magistrales, el guardameta mantenía vivo al equipo y se convertía en uno de los grandes futbolistas del torneo.

Sin embargo, el Once Caldas tenía que convertir si quería avanzar a la semifinal y Valentierra, con uno de los mejores tiros libres de la historia del fútbol colombiano, hacía vibrar a todo el estadio. Con un zurdazo potente al ángulo, el volante barranquillero le daba la victoria a su equipo y de paso, el tiquete a la semifinal.

De manera impensada, el Once se metía en la semifinal y se empezaba a convertir en un claro favorito para llevarse el título. Aun así, tendría que vencer primero al São Paulo y la ida de la llave sería en el mítico Estadio de Morumbi.

Con un Morumbi lleno a más no poder, iniciaba el encuentro. Los locales empezaban a mostrar superioridad, pero la zaga defensiva del Once Caldas se encontraba mejor que nunca y Juan Carlos Henao, de nuevo, se lucía bajo los tres palos. El guardameta atajaba todo lo que le mandaban e incluso, le quedaba tiempo para hacer jueguitos con el balón, pues tenía una confianza única, que se reflejaba en el juego del equipo.

Los cafeteros, de la mano de Henao lograron aguantar el marcador y se llevaron el 0-0 para Manizales, en busca del paso a la final.

Toda Colombia no lo podía creer, el equipo cenicienta de la fase de eliminación estaba a punto de clasificarse para la final y los más de 38.000 aficionados presentes en el Estadio Palogrande esperaban que la escuadra del ‘Profe’ Montoya lograra el resultado esperado.

Con el apoyo de su gente, el Once Caldas empezó a generar ocasiones de gol y al minuto 27, tras una serie de rebotes, Herly Alcázar metía con lo que podía aquella pelota en el pórtico del São Paulo. La alegría se empezó a notar en las gradas del Palogrande, pero cinco minutos después, los brasileños, de la mano de Danilo empataban el encuentro con un disparo imposible para Henao.

Con el marcador igualado, ambas escuadras buscaban aquel gol que les diera el paso a la final pero un disparo de Jhon Viáfara en el travesaño y una heroica intervención de Henao impedían que hubiera otro tanto en el partido.

Sin embargo, cuando el encuentro ya iba a terminar y todo apuntaba a la definición desde el punto penal, Jorge Agudelo, recibía un magnifico pase de Javier Araújo, enganchaba a un defensa junto con el guardameta y definía con clase al segundo palo, desatando la locura total en el Estadio Palogrande. Con un increíble golazo, Agudelo llenaba de éxtasis a toda la afición del Once Caldas y lograba lo impensado, el conjunto cafetero, avanzaba a la final de la Copa Libertadores de América. 

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En contra de cualquier pronóstico, el Once Caldas, el equipo de Manizales, avanzaba a la final y ponía a soñar a toda Colombia con el título continental. Sin embargo el rival a vencer era nada más y nada menos que el Boca de Bianchi, máximo favorito a llevarse el título.

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La ida sería en La Bombonera y la escuadra del ‘Profe’ Montoya llegaba con ansias de hacer historia. Aun así, Boca, esperaba continuar con su hegemonía en el torneo y conforme transcurría el encuentro, los ‘Xeneizes’ (apodo de Boca) generaban varias oportunidades que no terminaban en gol de milagro.

A pesar de verse contra las cuerdas en algunas ocasiones, los cafeteros empezaron a salir de la presión de Boca e incluso estuvieron a punto de marcar en una de las últimas jugadas del encuentro. Con todo y eso, el partido se mantenía en ceros y de nuevo, la definición sería en Manizales; con un Palogrande colmado a más no poder.

1 de Julio de 2004

Algunos, ni siquiera podían creer que el Once Caldas había sido campeón de Colombia, y ahora, la escuadra manizaleña estaba a noventa minutos de hacer historia. El ‘Blanco Blanco’, podía convertirse en campeón continental y no quería desaprovechar la oportunidad.

Más de 40.000 espectadores estaban presentes en el Estadio Palogrande, nadie quería perderse la final del equipo colombiano. Arrancó el encuentro de una manera soñada, pues tan solo siete minutos después de que el árbitro Carlos Chandía diera el pitazo inicial, Viáfara desenfundaba un disparo a 30 metros del arco rival inalcanzable para el ‘Pato’ Abbondanzieri; aquella esférica terminaba en el fondo de la red y hacia estallar de júbilo a toda la hinchada colombiana.

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Los dirigidos por Montoya, se mostraban seguros y parecía que el título iba a ser suyo, pero tras el inicio de la segunda mitad, un contundente cabezazo de Burdisso le devolvía la paridad al marcador.

Ambas escuadras generaron un par de oportunidades más, pero el destino quería que la copa tuviera su desenlace desde los 12 pasos.

Valentierra, Figura en todo el camino del Once Caldas hasta la final, iniciaría cobrando, pero el ‘Pato’ Abbondanzieri se empezaría a convertir en figura y atajaría el primer cobro. Sin embargo, Schiavi fallaría para Boca y dejaba el marcador igualado.

Elkin Soto, con contundencia, cobraría un penal inatajable para Abbondanzieri y Henao, mostraba su calidad bajo los tres palos atajándole el cobro a Raúl Cascini. Sin embargo era la noche de los arqueros y Abbondanzieri atajaría el tercer cobro pateado por Wilmer Ortegón. Burdisso tenía la chance de igualar el marcador, pero el travesaño le negaba la oportunidad y en el Palogrande el alma volvía de nuevo al cuerpo de los hinchas cafeteros.

Agudelo tendría la responsabilidad de cobrar el cuarto penal y con categoría mandaba ese balón al fondo de la red, por lo cual, si Boca erraba su disparo, o si Henao lo atajaba, el Once Caldas se proclamaría campeón de América por primera vez en su historia. El delantero de los ‘Xeneizes’ Darío Cángele, cobraría aquel penal, pero Henao, quien había sido la estrella del equipo y los había mantenido vivos innumerables ocasiones, volvía a vestirse en héroe, y con una atajada felina le entregaba al Once Caldas y a toda Colombia la Copa Libertadores de América.

El ‘Blanco Blanco’ lograba la hazaña y se convertía en campeón continental. El Once Caldas 2004 lograba vencer a Boca y le brindaba otra gloria al fútbol colombiano. Sin duda alguna, aquella escuadra de Manizales es un equipo de época, que le demostró a Colombia y al mundo que ningún título es inalcanzable.

Por Julián Pino Cruz