La muerte de Olivia Podmore prende las alarmas en el deporte

Olivia Podmore

La sorpresiva muerte de la neozelandesa Olivia Podmore, enciende las alarmas en el mundo deportivo tras el anuncio de la federación de ciclismo del país oceánico, en el que confirmaban el fallecimiento de la deportista de 24 años.

Podmore, quien participó en los juegos olímpicos de Río en 2016, fue hallada en su casa sin signos vitales y con causas de fallecimiento que aún se desconocen, pues no son claros los sucesos que llevaron al fatídico desenlace.

Según medios internacionales, la deportista fue hallada en su casa sobre las cuatro de la mañana tras una llamada por parte de miembros de su familia, que encontraron el cuerpo y manifestaron a la policía que Podmore, había publicado horas antes una fotografía con un texto, donde hablaba de los recientes problemas que tenía, pero luego fue eliminado y a su vez se había comunicado con las líneas de ayuda psicológica para atletas de Nueva Zelanda.

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Las alarmas se encienden: ¿Existe mucha presión en el deporte?

El deceso de Podmore trajo a colación los recientes sucesos en deportistas como Simone Biles, quien sorpresivamente se retiró de las justas olímpicas de Tokio, alegando problemas mentales o Naomi Osaka, que ha recibido fuertes ataques por su tono de piel, siendo japonesa.

La salud mental de los deportistas, con el paso de los años, ha pasado a un segundo o tercer plan en el que solo se enfocan en el estado de preparación física de los mismos, dejando atrás la salud mental, que hace parte de la preparación total de un deportista de alto rendimiento, como lo expone en un hilo de Twitter, Paola Pérez, nadadora olímpica venezolana.

Otro de los interrogantes que surgen, es si los equipos o selecciones deportivas cuentan con un buen sistema de apoyo en salud mental para los deportistas, mencionando los tres futbolistas uruguayos que se suicidaron en menos de seis meses a causa de casos severos de depresión que no fueron tratados por sus clubes de fútbol.

La presión del deportista es bastante alta, ya sea por presión del equipo o su entrenador o por sus seguidores que exigen a los deportistas un estado físico óptimo y la consecución de logros deportivos a muy corto plazo. Esto a su vez, repercute en la salud mental de los mismos, que por múltiples factores dejan de lado este ítem poniendo por encima la preparación física.

Por su parte, la Federación de Ciclismo de Nueva Zelanda se comprometió a fomentar la salud mental en el país oceánico, mientras todos se siguen preguntando, sobre que organismo podría tomar cartas en el asunto ante esta problemática.

Por John Carrillo