Hébert Chalar, un bonaverense formador de futbolistas
Buenaventura, cuna de grandes futbolistas colombianos, como Delio “Maravilla” Gamboa, Marino Klinger, Adolfo “El Tren” Valencia, Freddy Rincón, Víctor Campaz, entre muchos otros, vio nacer a Hébert Chalar Banguera, quien salió del puerto hace 28 años para demostrar sus dotes de futbolistas en la capital. En esa lucha logró ser parte de la selección Cundinamarca y jugar con las reservas del club Los Millonarios, con jugadores como Rubén Darío Hernández quien alcanzó a brillar en el torneo profesional.
En su trasegar por la capital no llegó a consolidarse como futbolista profesional, pero su amor por el deporte y su deseo de transmitir sus conocimientos y habilidades, aparte de poder darle a los niños y jóvenes las oportunidades que él no tuvo, lo llevaron a organizar una escuela de futbol en el barrio que lo albergó en la ciudad.
Hébert Chalar e Interparedes Águila
En el año 2000, creo la Escuela de Fútbol Interparedes Águila en el barrio Quinta Paredes, donde con esfuerzo propio y su insistencia casa a casa, ha ido consolidando su academia, con la compañía de los padres de familia, que ven en esta escuela una buena oportunidad para que sus niños y niñas, ocupen el tiempo libre, demuestren sus habilidades y forjen una disciplina en el deporte, acompañada de la responsabilidad en el estudio, lo que es un requisito principal para asistir a la clases un día entre semana y los sábados y domingos.
Con orgullo, el profesor Chalar nos informa que en su escuela se formó el trencito Valencia, pues el goleador de Santafé y la Selección Colombia, Adolfo “el Tren” Valencia es vecino del barrio. De igual forma, cuenta que el tercer arquero de Millonarios pasó por la escuela recién llegado a Bogotá y que; actualmente, tiene un pupilo que juega en la tercera división del futbol español.
Sin embargo, al indagar sobre el apoyo del Estado, llámese gobierno nacional o Alcaldía de Bogotá a este tipo de organizaciones para la formación deportiva, con tristeza relata que es nulo y que cada día salé más costoso el uso de las canchas.
Al iniciar su escuela, el profesor disponía de una cancha que, con la Junta de Acción Comunal, él ayudaba a mantener, en el parque La Luisita; pero, desde hace cerca de seis años, el Instituto Distrital de Recreación y Deporte, asumió la administración de las canchas y se ha dificultado la asignación de horarios.
A pesar de los contratiempos, la escuela con reconocimiento del IDRD y afiliada a la Liga de Bogotá, cuenta con un buen número de niños y jóvenes en las diversas categorías y a medida que se van formando técnica y estratégicamente, tienen la oportunidad de participar en torneos oficiales y en campeonatos que organizan los diferentes clubes de la capital.
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La constante actividad y el intercambio han sido fundamentales para dar a conocer unos muchachos que empiezan a figurar en el mundo del fútbol colombiano, como el caso de José Luis Palacios, un arquero oriundo de Turbo, municipio de Antioquia, que llegó muy niño a Bogotá y el profe Chalar lo albergó en su casa, apoyándolo durante varios años y recibiendo las enseñanzas en su academia. Actualmente, Palacios es cuarto arquero de Millonarios.
De igual forma, muestra como ejemplo a un muchacho, Luis Valencia, que jugó en sus inicios con Interparedes, pero no encontró puertas abiertas en clubes de Colombia y decidió irse para España, gracias al trabajo conjunto que hacen los profesores de escuelas colombianas con profesores de divisiones menores de algunos clubes en Europa. Ahora, entrena con la tercera división del Levante.
El trabajo de la escuela de formación es continuo, además de ser integral. Cuenta el profesor que este año tienen 14 jugadores hospedados en la casa, que se están preparando técnicamente, estudiando bachillerato e inglés con miras a lograr incorporarlos al mercado de los Estados Unidos.
Por último, Chalar considera que el futbol de hoy es muy técnico, mientras que el de su época era de más entrega, más individual y de destacar el propio esfuerzo y mostrar sus habilidades.
Con respecto a la cuarentena, si bien ha impedido el encuentro presencial con los jóvenes, no ha limitado el trabajo desarrollado por la academia en cuanto al seguimiento y acompañamiento a los niños, niñas, a través de tutoriales y tareas relacionadas con la habilidad.
Queda esperar que pase la situación de aislamiento, para ver de nuevo en las canchas del barrio, decenas de jóvenes futbolistas responsables, esperanzados en lograr los sueños de estar en los grandes escenarios de Colombia y el mundo.
Por: Daniel Estupiñan