Equipos de época – Del infierno a la gloria: El doblete del Atlético de Madrid
El final de la temporada 1994 – 1995 dejaba un sabor amargo y cientos de corazones rotos en los aficionados, dirigentes y jugadores del Atlético de Madrid, a pesar de haber logrado salvarse del descenso a falta de una jornada, con su victoria ante el Zaragoza por 2-0, la temporada del conjunto madrileño fue para el olvido total.
Cinco técnicos pasaron por el banquillo del Vicente Calderón, ninguno fue capaz de mejorar a un equipo de capa caída que al final se salvó por el empuje de su siempre fiel afición.
De cara a la nueva temporada, el presidente del Atlético de Madrid, Jesús Gil, contrató como técnico al serbio Radomir Antić procedente del Real Oviedo; con él llegan también las incorporaciones de José Francisco Molina, Correa, Penev, Santi, Roberto Fresnedoso, Biagini Milinko y Milinko Pantić, con el objetivo de dejar en el pasado la temporada anterior y, enfrentar la 95/96 con la idea que en cada partido se disputa una final.
El Atlético de Madrid por la gloria
El 2 de septiembre de 1995 se daba inicio a una nueva temporada llena de esperanza para el equipo de manzanares. En su campo, el estadio Vicente Calderón, recibe a la Real Sociedad. Entre los miles de gritos de aficionados rojiblancos los equipos saltaron a la cancha, a pesar del temprano gol de Karpin para el equipo txuri-urdin, el conjunto madrileño, animado por el aliento de su hinchada, remonta el partido con goles de Pantić, Simeone y un doblete de Penev. El Calderón estalla en euforia, el Atlético de Madrid iniciaba la nueva temporada con una goleada inimaginable meses atrás.
El inicio de los rojiblancos dirigidos por Antić es magnífico, con 26 puntos de 30 posibles en las diez primeras jornadas, se demostraban que esta temporada poco se iba a parecer a la anterior. La primera derrota del Atlético de Madrid llegó en su ciudad, en el patio vecino, el conjunto rojiblanco perdía 1-0 ante el Real Madrid en el Santiago Bernabéu. Este impasse se solventó con una victoria 3-0 ante el Oviedo en el Calderón que, seguida de una ajustada derrota ante Real Betis en el Benito Villamarín, dieron paso a una seguidilla de cinco victorias, de las cuales se destacan la visita a Mestalla para ganar al Valencia 0-1 y el trámite ante el Barcelona, donde el Atleti hizo valer su condición de local para vencer por 3-1 al conjunto catalán.
El cierre de la primera vuelta de la competición española dejaba como campeón de invierno al Atleti, sacándole siete puntos a la revelación del torneo y perseguidor más cercano, la Sociedad Deportiva Compostela. Ahora, el inicio de ensueño en liga del Atlético de Madrid debía extenderse a la Copa del Rey.
Tras pasar sin mayores problemas las primeras rondas ante Almería y Mérida, el Atlético de Madrid, debía visitar el Benito Villamarín con la misión de marcar al menos un gol tras el empate a uno en el Calderón. De la mano de Geli y Penev el conjunto rojiblanco lograba ganar el partido 2-1 y llevarse la eliminatoria, demostrando que la plantilla rojiblanca arrasaba con el equipo que se le pusiera enfrente.
El inicio de la segunda vuelta liguera empezaba cuesta arriba para el Atlético de Madrid, derrotas en Anoeta por 1-0 ante la Real Sociedad, el Molinón frente al Sporting de Gijón por 2-1 y en el propio Calderón frente al Sevilla por 0-1, marcaban un inicio desastroso de segunda vuelta en el cual, de 15 puntos posibles el Atleti solo logró acumular seis.
Tras el inesperado mal inicio de la segunda vuelta liguera, el Atleti consiguió clasificar a la siguiente fase de la Copa del Rey, tras vencer por 3-0 al Club Deportivo Tenerife en el partido de vuelta en el estadio Vicente Calderón. Las importantes victorias ligueras 0-2 ante el Espanyol en suelo catalán, 3-2 en el Calderón ante el Celta, junto a la victoria en una semifinal de vértigo por Copa del Rey ante el Valencia por un global de 6 a 5, dejaban al Atleti de cara a ganar ambos torneos.
Entre la felicidad de clasificarse para la final de la Copa del Rey, un empate ante el Deportivo de la Coruña y una derrota frente al Real Valladolid, generaban dudas en el entorno colchonero, la fragilidad demostrada en esos encuentros, sumado a los escándalos extradeportivos del presidente de la entidad rojiblanca, podía desequilibrar al club y hundirlo.
El Atlético de Madrid siguió luchando para mantenerse arriba en la clasificación, victorias ante el Mérida y el Rayo Vallecano, junto a un empate en casa ante el Real Zaragoza marcaban la antesala del Derby madrileño. El Atleti recibe a un Real Madrid de capa caída en las últimas temporadas, pero que a pesar de su mal momento, logró llevarse la victoria para alegría de la fanaticada blanca.
Tras la derrota en el Derby ante el conjunto merengue y un empate de visitante ante el Real Oviedo, el Atleti visitó La Romareda para medirse ante el FC Barcelona en el marco de la final de la Copa del Rey, partido cerrado, intenso, aguerrido, el juego táctico reinó hasta que las piernas no pudieron más.
Tras los 90 minutos reglamentarios, se definió el encuentro en la prórroga gracias a una escapada por banda derecha de Geli que le permitió centrar al corazón del área para que, con un cabezazo de Milinko Pantić, medio estadio de La Romareda y media Madrid, rompieran en grito para festejar la novena Copa del Rey del Atlético de Madrid.
Dos semanas después y tras un empate ante el Betis en el Calderón, Colchoneros y Blaugranas volvían a medirse, pero esta vez lo que estaría en juego sería el primer puesto de la liga, tres puntos separaban al Atlético de Madrid del conjunto catalán a falta de seis jornadas. Un temprano gol de Roberto adelantó a los colchoneros, pero a los 25 minutos mediante Jordi Cruyff, el conjunto culé igualaba el marcador.
El segundo tiempo decantaría todo para los madrileños que, con un golazo desde fuera del área de Vizcaíno y un gol en el cierre del partido de Biagini le daban la victoria al Atleti y lo ponían con 6 puntos de ventaja sobre el Barcelona.
La felicidad duró poco en manzanares, la jornada siguiente el Valencia de Predrag Mijatović asaltó el Calderón y arrebató los tres puntos al Atlético de Madrid con un doblete del Yugoslavo y otro tanto de Antonio Poyatos, que superaron los goles marcados por Geli y Pantić. Con esta victoria el Valencia se metía en la lucha por el título y ponía en aprietos a los rojiblancos.
Una victoria fácil ante el Compostela y un agónico final de partido ante el Salamanca, en el que Kiko le da la victoria al conjunto colchonero con un gol en los minutos finales, hacía que el Calderón estallara de alegría y que Jesús Gil, entre gritos de euforia, afirmara ante el micrófono de Canal+ “Este gol vale un título”.
Tras empatar en la penúltima jornada ante el Tenerife en condición de visitante, la Liga debía decidirse en la última jornada. Dos puntos separaban al Atlético de Madrid del Valencia, una victoria en el Calderón ante el Albacete era lo necesario para que los dirigidos por Antić fueran campeones sin depender del resultado del conjunto Che.
En el partido final, un gol temprano de Diego Pablo Simeone, actual técnico del Atlético de Madrid, y otro de Kiko, aquel héroe con un gol in extremis ante el Salamanca, le daban la victoria al conjunto colchonero, retomando los momentos que había vivido 19 años antes, cuando de la mano del goleador argentino nacionalizado español, Rubén Cano, logró el último título liguero de su historia hasta ese momento.
Con el pitazo que decretó el final del encuentro, la gramilla del Calderón fue invadida por cientos de aficionados colchoneros que celebraban el primer doblete de la historia del Atlético de Madrid. Además, las calles de Madrid se llenaron de camisetas rojiblancas dirigiéndose a la fuente de Neptuno, usual punto de celebración del Atlético de Madrid, donde se dieron cita más de 50.000 personas para entonar el característico himno colchonero “Atleti, Atleti, Atlético de Madrid…” que, así como entonaban en la temporada 94/95 cuando el equipo se encontraban al borde del descenso, ahora retumbaba en los callejones de la capital española durante la celebración de un doblete que marcó historia en la entidad rojiblanca.