Este lunes, en manos de Éider Arévalo, Bogotá recibió la llama olímpica, que partió desde Caracas, Venezuela.

El campeón mundial de 20 kilómetros en marcha, Éider Arévalo, fue el encargado de encender la antorcha olímpica, en el Comité Olímpico Colombiano. Sin embargo, antes de llegar la llama olímpica a Santa Marta, va a recorrer las ciudades de Cali, Barranquilla y Ciénaga.

El destino de la llama olímpica es la casa de los Juegos Bolivarianos 2017, que queda ubicada en la ciudad de Santa Marta. Es la primera vez que la capital del Magdalena realizará este evento internacional y que cumple con diferentes disciplinas, como: atletismo, squash, gimnasia, natación, patinaje, fútbol, entre otros.

En torno a la llama olímpica participarán países como Bolivia, Panamá, Venezuela, Perú, Ecuador, y el organizador, Colombia. Además, como países invitados estarán Puerto Rico, Paraguay, Guatemala, El Salvador y República Dominicana.

“Los medios son los grandes impulsores de los Juegos Bolivarianos… Es la oportunidad para que Colombia demuestre que se pueden realizar eventos internacionales deportivos”, dijo Baltazar Medina, presidente del Comité Olímpico Colombiano, que hizo parte de la ceremonía de la llama olímpica.

Dentro de los nuevos escenarios deportivos que se realizaron para los Juegos Bolivarianos, la construcción de estos estaban demorados, debido a que en mayo de este año no tenían ningun escenario, pero gracias al apoyo de la directora de Coldeportes, los escenarios se pudieron hacer rápido y con los estandares indicados, “Nos merecemos los Juegos Internacionales, tenemos la capacidad de realizarlos… en Santa Marta, se va a tener la barra para lograr la mayor cantidad de preseas y ser campeones de los Juegos Bolivarianos”, dijo Clara Luz Roldan, directora de Coldeportes.

Muchos de los deportistas estan terminando la preparación para poder traer algunas preseas, principalmente de oro, como lo dice Éider Arévalo, atleta, y el presidente del Comite Olímpico Colombiano, Baltazar Medina, en el evento de la llama olímpica.

Por Cristhian González