56 años para lograr el máximo nivel en el Taekwondo

Foto: Instagram @taekwondodocolombia

Para muchos, cuatro años es un tiempo justo pero extenso para lograr una carrera profesional. Sin embargo, para un taekwondista, cuatro años es apenas el inicio de un extenso recorrido para alcanzar el tan anhelado octavo dan, que simboliza el tiempo, la experiencia y las habilidades de un gran maestro en este arte marcial y olímpico.

Para lograr este objetivo, en términos de carreras universitarias, se tendrían que cursar aproximadamente 14 carreras profesionales, equivalentes a 56 años, para que una persona pueda ser nombrada cinturón negro octavo dan.

¿Por qué tanto tiempo?

El taekwondo es más que un deporte; es un arte marcial, símbolo de una gran nación llamada Corea del Sur, llena de cultura y sabiduría. Como arte marcial y deporte olímpico, el taekwondo tiene diferentes factores que obligan a tener un largo recorrido, ya que no solo se utiliza la fuerza física, sino también la mental. Se utiliza el cuerpo entero y una mente entrenada para practicarlo, destacando en cinco habilidades: fuerza, flexibilidad, técnica, concentración y resistencia, las cuales se adquieren a lo largo del tiempo y se evidencian en el color del cinturón.

El proceso comienza con el cinturón blanco, y dependiendo de la academia, cada seis meses a un año se cambia de cinturón mediante un examen. La cantidad y los colores de los cinturones varían, con un promedio de 5 a 14, y por lo general, pasan siete años para llegar a cinturón negro. Esto puede depender del proceso del deportista y de la academia.

El cinturón negro simboliza que el estudiante pasa a ser maestro, pero no termina ahí, ya que es el inicio de su vida como maestro y de una nueva trayectoria. Al pasar un año, logra ser primer dan, luego segundo, tercero, cuarto y así sucesivamente, para llegar al octavo dan, lo que implica pasar alrededor de 36 años.

Aunque existen 10 danes, el noveno y el décimo son el máximo esplendor de la perfección y se otorgan únicamente en Corea del Sur, además de ser muy difíciles de alcanzar.

¿Vale la pena tanto tiempo?

Sí, el taekwondo es más que un hobby; es la extensión de la mente y el cuerpo mismo. Es la esencia de una persona, que implica ser cortés, tener integridad, ser perseverante, tener autocontrol, poseer espíritu deportivo, espíritu indomable y, sobre todo, mucho amor. El taekwondo enseña a tener metas, a saber perder y a ganar, enseña a respetar al otro como a uno mismo y, aunque sea un deporte de contacto, enseña a no usar la violencia, sino a resolver los problemas hablando y viendo al otro al mismo nivel.

Los años no son más que tiempo; la vocación de un taekwondista es tan grande que 7, 36 o 56 años son solo el indicio de un largo aprendizaje que llena el alma, la mente y el corazón.

Por: Juana Valentina Torres Valencia