El Giro 2025: la redención de un grande; Egan Bernal, “prohibido no levantarse”

Foto: Instagram @ineosgrenadiers
Todos sabemos que en Colombia el ciclismo ha sido, de lejos, el deporte que más triunfos nos ha otorgado a lo largo de la historia, desde la década de los 70, cuando el gran Martín Emilio “Cochise” Rodríguez se coronó campeón mundial de persecución individual en Varese, Italia.
De Cochise a Lucho Herrera
Después de esta hazaña, cientos de colombianos nos han hecho vibrar con las grandes carreras europeas, llámense grandes vueltas o no, todo esto producto de la “Cochisemanía” que se vivió por aquellos días en el país. Jóvenes promesas del deporte a pedal soñaban con ser los próximos herederos de las gestas del caballito de acero. Fue así como, en 1980, Alfonso Flórez se convirtió en el primer campeón del Tour de L’Avenir en Francia. La hazaña fue aún más grande al saberse que era el primer ciclista no europeo en ganarlo.
En 1984, nuestros padres lloraron detrás de la radio y los televisores al ver y escuchar el triunfo épico del extraordinario Lucho Herrera en la etapa reina del Tour de Francia, en el mítico Alpe d’Huez, dejando atrás a Fignon, campeón reinante, y a Bernard Hinault, quien ya había ganado cuatro Tours de Francia. Así fue como los colombianos empezamos a conquistar las montañas y carreteras europeas.
Unos años más tarde, el mismo Lucho Herrera nos regalaría la camiseta del campeón de la clasificación de la montaña del Tour de Francia, Giro de Italia y Vuelta a España. De ahí, el apodo de nuestros ciclistas: los escarabajos colombianos.
El primer gran triunfo
Sin duda, nuestro mayor logro en el deporte a pedal sería haber ganado La Vuelta a España en 1987, algo que nadie esperaba por aquellos tiempos. Parecía que el ciclismo y las grandes victorias estaban reservadas para los europeos. Pero este jardinerito de Fusagasugá rompió paradigmas y le dio al país el mayor logro deportivo hasta ese momento, encaramado en su caballito de acero.
Parra y la consolidación de una historia
Un año más tarde, en 1988, otro compatriota, Fabio Parra, oriundo de Sogamoso (Boyacá), nos regaló una enorme alegría al quedarse con un fenomenal tercer lugar del Tour de Francia. Ese día Colombia lloró de alegría, al ver cómo con cada pedalazo los nuestros escribían con sudor y sangre la historia grande del ciclismo nacional. Ya no nos miraban como un país lejano y exótico, sino como los rivales a vencer en las grandes carreras del ciclismo mundial.
Nairo, el heredero
Una década más tarde aparecieron nuevos escarabajos, impulsados por las leyendas y mitos de Parra y Herrera. En 2013 surgió un menudo personaje llamado Nairo Alexander Quintana. Desde Cómbita, Boyacá, irrumpió como “Nairoman”, como lo bautizaron los narradores. Ese año logró un segundo lugar en el Tour de Francia, llevándose también la camiseta de mejor joven y de rey de la montaña.
En 2014, por primera vez nos vestimos de rosa. Nairo nos regaló, para muchos, la carrera más hermosa del ciclismo: el Giro de Italia. Allí demostró su habilidad para escalar las montañas italianas bailando sobre su bicicleta. Ese año también brilló Rigoberto Urán, quien se llevó un merecidísimo segundo lugar. En 2015 y 2016, Nairo logró el segundo y tercer lugar del Tour de Francia, respectivamente. Pero fue en la Vuelta a España 2016 donde logró coronarse campeón, venciendo a su eterno rival Chris Froome. A este podio se sumó Esteban Chaves. Fue una noche inolvidable en las calles madrileñas.
Egan, el niño maravilla
Todo esto lo observaba atentamente una joven promesa del ciclismo colombiano: Egan Bernal, apodado el niño maravilla. Tuvo un exitoso paso por el ciclomontañismo, logrando medallas de plata y bronce en mundiales junior (2014 y 2015).
En 2018 fue contratado por un equipo World Tour. Solo un año después, en 2019, nos regaló el triunfo más importante del ciclismo de ruta para Colombia: el Tour de Francia. Aunque comenzó como gregario de Geraint Thomas, las circunstancias lo favorecieron, y con el respaldo de su equipo, se lanzó por el maillot amarillo. El 28 de julio de 2019, un joven de solo 22 años se coronaba en los Campos Elíseos como el nuevo rey del ciclismo mundial.
En 2021 volvió a brillar, esta vez en el Giro de Italia, portando la maglia rosa durante seis jornadas y consagrándose campeón en tierras italianas.
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La caída que cambió todo
Con dos grandes vueltas en su palmarés, Egan se enfocaba en conquistar la Vuelta a España, pero el 24 de enero de 2022 sufrió un gravísimo accidente en Tocancipá. El país se paralizó. Por varios días reinó la incertidumbre. Milagrosamente, Egan salió airoso y solo un mes después ya caminaba… y montaba bicicleta. Ocho meses más tarde, regresó a la competición en el Tour de Dinamarca, cumpliendo un rol de gregario, pero ganando confianza.
La redención
Bucaramanga fue sede de los Nacionales de Ruta en 2025, y allí, Egan Bernal demostró su resiliencia coronándose Campeón Nacional de Ruta Élite. En la última vuelta del circuito se paró en pedales y cruzó en solitario la meta. Días después, también se llevó el título de la Contrarreloj Individual, ganando por más de 7 segundos. Con esto, entró en el selecto grupo de ciclistas que han ganado ruta y crono el mismo año en Colombia.
Giro 2025: Prohibido no levantarse
Su equipo, el Ineos, lo designó nuevamente como líder para una gran vuelta: el Giro 2025. Egan se mostró fuerte y competitivo jornada tras jornada, pero sufrió cuatro caídas que le impidieron pelear por el título. Aun así, terminó en un meritorio 7º lugar. Quienes lo vimos luchar por volver a caminar, no pudimos sino hincharnos de orgullo.
Este Giro nos devuelve la esperanza: la de ver a Egan luchando por la única gran vuelta que le falta. ¿Será este el año en que lo veremos celebrando con el Maillot Rojo? Esperemos que sí, y que podamos verlo convertirse en una leyenda viviente del ciclismo mundial.