El vuelo de las Tucanas: rugby femenino en Colombia  

El rugby femenino en Colombia ha recorrido un camino inspirador: desde sus humildes comienzos en Bogotá hasta conquistar el escenario olímpico con las Tucanes. Conoce cómo esta pasión ovalada se transformó en un movimiento nacional.

Jugadora de rugby femenino de Colombia durante un partido internacional con las Tucanes

Foto: @worldrugby // Alex Ho &. Zach Franzen

El Rugby femenino en Colombia comenzó a principios de la década de los 2000, cuando de la mano del Neozelandés Bill Paul, quien estaba radicado en la ciudad de Bogotá y con la ayuda de sus amigos del Bogotá Sports Club, fomentaron la cultura de la pelota ovalada en nuestro país. Bill además fue el primer entrenador de nuestras Tucanes femeninas desde el año 2004 hasta el 2007, respectivamente. 

El Despegue

Nuestras Tucanes empiezan la participación en eventos internacionales más o menos en el año 2004, donde a pesar de no tener un rodaje demasiado amplio en el ámbito internacional, logran ocupar un decoroso tercer puesto en el sudamericano de la modalidad 7s (siete vs siete), jugado en el vecino país de Venezuela y donde Brasil el país con mayor experiencia terminaría siendo el campeón invicto. Este fue el punto de partida para que nuestras jugadoras empezaran a ilusionarse con tener un mejor nivel y poder jugar  más certámenes internacionales. Fue así cómo se empezó un plan de expansión, crecimiento y desarrollo del rugby femenino en todo el país, empezando primero en las universidades tanto publicas cómo privadas y luego con la creación de más clubes deportivos de rugby femenino en las principales ciudades de nuestro  territorio. 

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El Ascenso

Nuestras Tucanes empezaron a ser unas de las principales protagonistas del rugby sudamericano y continental más o menos entre el año 2012 y 2013, donde ya se contaba con un staff de entrenadores y personal profesional más capacitado para poner a punto tanto a nivel físico y mental, cómo técnico y táctico a nuestras jugadoras, esto en gran parte debido a que el plan inicial de masificación y desarrollo para el rugby femenino en Colombia estaba funcionando y nuestro número de practicantes y competencias internas había crecido considerablemente. Fue así cómo los objetivos por parte de entrenadores y jugadoras ya no se limitaba solo a participar en cada uno de los eventos internacionales, sino por el contrario ganar y buscar obtener cupos a certámenes de mayor relevancia a nivel mundial. Y fue de la mano de un francés un poco “loco” Laurent Palau, visionario y revolucionario del rugby en nuestro país, quien gracias a llevar años viviendo en Colombia y en medellin específicamente, ciudad que para la fecha se había transformado en la potencia del Rugby Colombiano, conocía de primera mano toda la idiosincrasia y ADN de nuestro rugby. Con ayuda de Mauricio Henao gran gestor y dinamizador de nuestro rugby y de su plan de masificación y desarrollo y de un grupo de chicas que creyeron en el denominado “milagro del rugby colombiano” se coronaron campeonas invictas del suramericano del año 2015, disputado en la ciudad de Santa fe, Argentina y este evento a su vez entrego la clasificación histórica a los JJ.OO (Juegos Olímpicos), de Río de Janeiro que se llevarían a cabo en 2016. 

El vuelo

Después de su histórica participación en los  JJ.OO. de 2016, las tucanes empezaron a volar cada vez más alto, consiguiendo un sin número de participaciones en torneos y competencias de gran nivel, en el año 2017 consiguieron revalidar el título de los Juegos Bolivarianos, disputados en la ciudad de Santa Marta, En el 2018 se participó de los Juegos olímpicos de la Juventud en Rosario, Donde se ocupa un grandioso 4 lugar, ese mismo año (2018) se obtiene el bicampeonato de los Juegos Centroamericanos y del Caribe en barranquilla, en el 2019 nuestro rugby femenino dio el batacazo y le gana a Brasil la disputa por el bronce en los Juegos Panamericanos en lima, y así podemos seguir enumerando una gran cantidad de victorias y satisfacciones de estas mujeres hechas a pulso, sacrificio y disciplina, para llenarnos de orgullo y esperanza cada vez que saltan al campo de juego con sus ganas de poner la bandera de Colombia en lo más alto, cómo ocurrió recientemente en el evento más importante a nivel mundial el HSBC Sevens de los Angeles donde a pesar de no haber ganado ni un solo partido, se dejó la frente en alto y se peleó de igual a igual contra los demás equipos. 

Por John Carlos Álvarez Grajales