Salario mínimo para el fútbol femenino español
El fútbol femenino ha tomado fuerza en el último tiempo, y no es para menos, pues las jugadoras han demostrado que los campeonatos y ligas donde compiten están a la altura de un espectáculo de primer nivel. Bajo estas circunstancias, se han hecho reformas entorno a lo profesional, como considerar que tengan un salario mínimo.
Lea También: Deporte a Voces, 22 de agosto
En España el fútbol es el protagonista sobre cualquier otro deporte, por eso la AFE quiere unirse junto a la Asociación de clubes de fútbol femenino para lograr un acuerdo y poder pagar a todas las futbolistas profesionales un salario mínimo, tal cual se hace con la rama masculina.
La Liga y la segunda división de España están en constante cambio de normas y movimientos, es por ello que aparte de esta iniciativa económica para las jugadoras, también es posible que hayan modificaciones en torno a las reglas de juego para la segunda división del fútbol femenino (como que se dividan en dos zonas de 16 equipos).
La iniciativa se ha tomado muy bien en todo el mundo, y se mantienen como un ejemplo a seguir. Los puntos a favor más relevantes son:
- Las jugadoras tendrán la protección de sus derechos de imagen y ya no podrán ser usados sin algún tipo de remuneración.
- Si la jugadora llega a quedar en embarazo, habrá un programa de consideraciones especiales en torno a su proceso de gestación, donde será tenido en cuenta y se le protegerá mientras vuelva a las canchas al terminar su periodo de maternidad.
- Al tener un salario mínimo legal, la deportista podrá oficialmente afirmar que es futbolista profesional sin depender de otros trabajos para mantenerse económicamente.
- Al final de sus carreras deportivas, tendrán unos ahorros especiales que podrán invertir para planes académicos y laborales. En este punto se les garantizará un futuro estable.
Aunque no se ha oficializado, si se han adelantado las negociaciones. Sin embargo, faltan algunos equipos por presentar sus propuestas de salarios para sus jugadoras.
Por: Alejandro Cruz